Turquía derriba un avión militar sirio sobre Idlib
El Ministerio de Defensa turco ha anunciado el derribo de un caza tipo L-39 en el noroeste de Siria, donde estos días desarrolla una operación militar contra el ejército sirio y sus aliados. “En el marco de la exitosa operación Escudo de Primavera, un avión de combate del régimen tipo L-39 fue derribado”, ha anunciado Turquía. Es el tercer aparato de la vetusta Fuerza Aérea siria que los turcos abaten en pocos días, confirmando la intención de Ankara de asegurar una zona de exclusión aérea en Idlib.
El L-39 es un avión producido por Checoslovaquia entre la década de los 70 y los 90. Se usa para entrenamientos, aunque también puede participar en misiones de ataque ligero. Sin embargo, dada la capacidad limitada de la aviación siria, que debe gran parte de su poderío aéreo al apoyo de la Fuerza Aérea Rusa, este tipo de naves participan de los bombardeos a posiciones opositoras. Organizaciones como Médicos Sin Fronteras denuncian que los aviones bombardean refugios y centros sanitarios.
Este martes por la mañana, una gran explosión en una zona residencial de Idlib capital, la mayor ciudad siria que persiste en manos insurrectas -una amalgama de milicias, dominada por fuerzas extremistas-, ha matado a al menos nueve civiles, según fuentes sobre el terreno. Ataques así, constantes en los últimos meses de ofensiva oficialista sobre Idlib, son los que han forzado a cientos de miles de sirios a abandonar sus hogares y buscar refugio cerca de la frontera turca, cerrada a cal y canto.
El domingo pasado, Defensa anunció el derribo de dos aviones sirios más: dos cazas rusos Su-24, de bandera siria, que han colocado a Ankara en un encaje incómodo con Moscú. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha evitado culpar a su homólogo ruso de acciones como el bombardeo del jueves pasado, que acabó con al menos 34 militares turcos en Siria. El líder turco ha declarado legítimo cualquier objetivo oficialista sirio que ataque a Turquía; a Rusia le ha exigido que se eche a un lado.
“No vamos a luchar contra nadie. Pero vamos a crear las condiciones necesarias para que nadie quiera luchar contra nosotros”, declaró un enigmático Vladimir Putin a la agencia estatal rusa TASS, este lunes. Mientras tanto, según testigos y medios locales, sus aviones han seguido atacando posiciones opositoras y su Policía Militar se prepara para apostarse en la localidad estratégica de Saraqib, retomada en las últimas horas por las fuerzas leales al presidente sirio Bashar Asad.
Quizás para evitar la confrontación en los cielos con los rusos, Turquía ha recurrido a su poderosa flota de naves no tripuladas para atacar al ejército sirio y a sus aliados. Ankara ha anunciado, además del derribo del L-39, la destrucción de cinco obuses, dos baterías antiaéreas y más de una decena de vehículos militares. Asegura, también, haber acabado con 327 combatientes oficialistas en las últimas 24 horas. Cifras no reconocidas por medios oficiales sirios.
Turquía ha declarado que el objetivo de la operación Escudo de Primavera es empujar atrás a los leales a Asad, hasta la línea delimitada durante la mesa de negociaciones de Sochi. Con su presión a la frontera griega de estos días, Erdogan trata de sumar a europeos y estadounidenses en su empresa para blindar esta zona.Este martes, el enviado de los EEUU para Siria, James Jeffrey, visitará la frontera turcosiria. Ankara le ha solicitado baterías antiaéreas Patriot, algo a lo que el Pentágono se ha resistido.