Revoluciones confinadas en el Primero de Mayo

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La pandemia global ha conseguido lo que parecía imposible, el sueño de cualquier anticastrista: vaciar el Primero de Mayo la habanera Plaza de la Revolución, símbolo del supuesto apoyo popular a su gobierno. Por primera vez en 62 años no hubo desfile multitudinario ni se repitió el famoso coro de “estudio, trabajo y fusil”.
Las banderas y los himnos se quedaron a resguardo en los hogares. Los seguidores del régimen se conformaron con seguir a rajatabla el lema impuesto por las circunstancias: