“La explotación laboral, la sexual infantil y la mendicidad son trata”

SPAIN

María José Castaño es miembro del Instituto de Estudio sobre Migraciones de la Universidad Pontificia Comillas y Almudena Olaguibel, responsable de Protección de la Infancia de Unicef. Ambas autoras desmenuzan en el estudio Cultura de Datos en la Trata de Seres Humanos las cifras ocultas de la trata y ofrecen una herramienta de ayuda a las víctimas.

PREGUNTA. ¿Por qué las víctimas de la trata están infrarrepresentadas en las cifras oficiales?

RESPUESTA. Almudena Olaguibel: Todo lo que no está dentro de una operación policial o un delito no se considera trata. Además, las víctimas tienen que autoidentificarse como tales y colaborar con la Policía.

María José Castaño: En explotación sexual sólo se identifica a personas en prostitución. Otras formas de explotación sexual, como en el servicio doméstico, donde se combinan la explotación laboral con la sexual, no se identifican.

P. ¿Cuál es la cifra oculta de la trata?

R.M.J.C.: Habiendo aplicado nuestro modelo, 2.805. Entre 2015 y 2019 hubo 3.780 víctimas de trata, pero 2.805 no fueron vistas por nadie. Por cada 100 víctimas detectadas hay 388 en total. Es decir, 288 estarían fuera de la identificación y la detección. Se está observando el 26% de personas en procesos de trata, por lo que el 74% de las víctimas queda oculto e invisible ante la Administración, las ONG y la sociedad. Ojo, hablamos de Madrid, que es donde hemos hecho la investigación por practicidad y porque las fuentes estaban aquí.

P. ¿Es un dato extrapolable al resto de España?

R. M.J.C.: Como tal, no.

A.O.: Como tendencia, creemos que sí.

M.J.C.: Quizá en otra comunidad, el 74% no sería la cifra, pero en otra ciudad similar a Madrid, sí. Lo que queremos es que este modelo se haga a nivel nacional.

A.O.: La semana pasada la delegada del Gobierno hizo unas declaraciones bastante atrevidas diciendo que sólo se detecta el 1,5%. Nosotras no nos atrevemos a decir tanto. Lo que sí es extrapolable es que gran parte de las víctimas de trata en España están sin identificar. Hablamos de explotación sexual, pero está la laboral, tráfico de órganos, mendicidad, coacción para delinquir y matrimonios forzados.

P. Cuando hablamos de trata, ¿de qué estamos hablando realmente?

R.M.J.C.: Trata no es la explotación en sí misma, sino el proceso para controlar a esa persona. Podría haber un delito de trata sin que se consumara la explotación. Captar a la persona mediando violencia, engaño o abuso de vulnerabilidad, que no existe sólo por pertenecer a un grupo concreto, sino por circunstancias individuales. Cualquiera puede convertirse en una víctima de trata.

A.O.: Si sólo nos fijamos en una etiqueta, dejamos de ver a muchas personas. Las niñas de Madrid tuteladas no encajaban en el perfil de trata, que es: mujer, extranjera, adulta en contexto de prostitución y explotación sexual. Al final, eran niñas retenidas, controladas, obligadas a transportar drogas y a ser explotadas sexualmente y sin control sobre sus vidas porque los tratantes las llamaban para ir a tal hora a una casa bajo amenazas. Lo cumplían todo para ser víctimas de trata y nadie ha sido capaz de ver que eso es trata, porque no nos encaja: son niñas españolas y en entorno de protección.

En cuatro años hubo 3.780 víctimas de trata en Madrid, pero 2.805 no fueron vistas por nadie

P. ¿Por qué sólo se entiende la trata cuando hay explotación sexual?

R.A.O.: Porque se ha hecho una labor ingente y buenísima para visibilizar a esas víctimas. Es la explotación mayoritaria, pero la laboral está creciendo, sobre todo, para mayores de edad. Un empresario español no se va a arriesgar a tener a un menor trabajando en su fábrica porque sabe que si le pillan se la carga. Pero los niños son una mercancía para la explotación sexual y el empresario sí se arriesga; le compensa tener una niña de 15 años porque la demanda sexual de chicas jóvenes es mucho mayor.

P. ¿Hay trata laboral en España?

R.A.O.: Sí, sí, claro.

M.J.C.: Sí, sí.

A.O.: La Guardia Civil nos dijo que tenía el mismo número de casos abiertos de explotación laboral que sexual.

P. Ustedes hablan de “proceso de esclavización”. ¿Quiénes son los esclavistas y quiénes los esclavizados?

R. A.O.: Hay de todo. Desde un padre que vende a su hija hasta una familia que engaña a su hijo o hija para que vaya a trabajar a un país o les vende. O una red de cuatro personas. O un grupito de tres…

M.J.C.: Y personas que han estado antes en proceso de trata. Una parte importante de los tratantes que están en la cárcel son mujeres.

A.O.: Son antiguas explotadas a las que prometen que si se convierten en explotadoras van a poder salir.

M.J.C.: Es la manera de saldar su deuda. Y como quienes terminan en la cárcel no son los principales responsables de la red, los que caen son los eslabones más bajos de la cadena, muchos de los cuales son mujeres.

P. Algunas expertas dicen que los tratantes siempre van por delante. ¿Han cambiado los métodos de captación y explotación?

R. A.O.: Sí. Hay nuevas formas de captación por instagram, facebook o whatsapp. Y de explotación, por ejemplo, on line. Ha cambiado la forma para impedir rastrear los pagos: se hace en bitcoin o monedas que no dejan rastro. Y también con la deep web (internet oscuro). La tecnología ha ayudado mucho a los tratantes de seres humanos. Por eso decimos que la tecnología también puede estar a nuestro favor: luchar contra ellos y atender mejor a las víctimas.

P. ¿Por qué la prostitución y corrupción de menores no se califican como delito de trata?

R. M.J.C.: Más bien es que el delito de trata es uno y la corrupción de menores y prostitución coactiva es otro. Lo que pasa es que esos delitos deberían concurrir con el de trata, que es más grave.

A.O.: Si se calificara, se le daría una protección mayor a las víctimas.

M.J.C.: El delito de trata crea un derecho sustantivo para la víctima, que incluye una protección muy específica: riesgo de ser captada, atención psicológica y psicosocial, indemnización… Y al Estado le genera obligaciones. La corrupción de menores y la prostitución infantil no generan esos derechos.

Ni el trabajo forzoso, ni la servidumbre son delito en el Código Penal, pero están conectados con la trata

P. Los programas de protección sólo aparecen en las normas referidas a las personas extranjeras. ¿Hay víctimas de trata españolas?

R. A.O.: Sí, claro. El delito de trata se lleva desde la Fiscalía de Extranjería. Eso te da un sesgo.

M.J.C.: Hay conceptos que unificar. Por ejemplo, el trabajo forzoso no está tipificado en España.

P. ¿El trabajo forzoso no es trata?

R. M.J.C.: El trabajo forzoso solo no es trata. Pero es una finalidad de la trata.

P. ¿Y debería serlo?

R. M.J.C.: No, porque son cosas distintas. Lo que debería ser es un delito.

P. ¿Y no es un delito?

R. M.J.C.: No. Búsquelo en el Código Penal.

A.O.: Y la esclavitud tampoco.

M.J.C.: El trabajo forzoso, la servidumbre y la esclavitud tendrían que estar tipificados porque están conectados con el delito de trata.

P. Su informe sostiene que por cada mujer víctima observada hay 2,5 sin observar; por cada niño o niña, 5,7 y por cada hombre, 9,2. Vayamos por orden. ¿De qué son víctimas los hombres?

R. A.O.: De explotación laboral y sexual.

P. ¿Y los niños y las niñas?

R. A.O.: De explotación sexual, laboral, matrimonio forzoso, comisión de delitos y mendicidad. Hay dos niñas en matrimonio forzoso. En 2019, nueve niñas y cinco niños en explotación laboral.

P. ¿Y las mujeres?

R. M.J.C.: De todas las categorías. Pero no se las identifica por otras formas de trata que no sea netamente la sexual y en contexto de prostitución. Y lo son en servicio doméstico o laboral, como en la recogida de fresas de Huelva.

P. ¿Para qué sirve la aplicación que ustedes han desarrollado?

R. M.J.C.: Es una herramienta tecnológica por la que las víctimas controlan y comparten sus datos. Por un lado, la plataforma web, que llevarían las entidades y las administraciones que compartirían documentación verificada. Y por el otro, el móvil, donde las víctimas pueden recibir y enviar su documentación. Es generar un espacio garantista y amable de protección y seguimiento en el ámbito burocrático.