El escándalo Cummings desata una revuelta ‘tory’ en Reino Unido

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Cuarenta diputados ‘tories’ han pedido abiertamente a Boris Johnson la dimisión de su estratega Dominic Cummings por violar las reglas de confinamiento del coronavirus. La “revuelta” de los parlamentarios tories ha ido a más en las últimas horas y se ha intensificado tras la “mini-crisis” de Gobierno provocada por la dimisión de Douglas Ross como subsecretario de Estado para Escocia.

“La mayoría de la gente no comparte la interpretación que Cummings ha hecho de las reglas del Gobierno”, advirtió Ross en el momento de abandonar su puesto. “En mi distrito electoral ha habido gente que no pudo decir adiós a sus seres queridos y familias que no pudieron visitar a sus parientes enfermos siguiendo las reglas del Gobierno. De buena fe, no puedo decirles que ellos actuaron equivocadamente y que el asesor del Gobierno hizo lo correcto”.

Ross, de 38 años, árbitro y linier de fútbol además de diputado, partidario en su día de la permanencia en la Unión Europea, se convirtió por un día en inusitado héroe popular. La oposición laborista calificó su renuncia como “un acto de decencia en un gobierno sin control”. El Partido Nacional Escocés (SNP) lamentó el hecho de que Boris Johnson haya preferido “sacrificar un miembro de su Gobierno” para mantener en su puesto a su asesor.

En su primera intervención pública el lunes, Cummings aseguró que no se arrepiente de sus acciones y que nunca ha considerado la posibilidad de dimitir. En su opinión, no llegó a romper las reglas del confinamiento al considerar el cuidado de su hijo de cuatro años, Alexander, como una “circunstancia excepcional”. El propio Cummings admitió que su mujer estaba enferma y que él mismo desarrolló síntomas de conoravirus el día después de su viaje de 400 kilómetros, de Londres a Durham, a casa de sus padres.

Escrache a Cummings tras no dimitir por saltarse el confinamiento

Boris Johnson ha asegurado que las acciones de su asesor fueron “razonables y legales” y le ha justificado alegando que se comportó siguiendo su “instinto de padre”. Hasta la dimisión de Ross, el Gobierno había cerrado filas con Johnson, que intentó convencer al diputado escocés para que no presentara su renuncia.

El escándalo está teniendo un gran impacto en la popularidad de Boris Johnson, que ha caído 20 puntos en los últimos cuatro días y es por primera vez negativa desde su llegada al poder (-1%). El 71% de los británicos opina que Cummings violó las reglas, y 59% cree que debe dimitir, según el último sondeo de YouGov.

El ministro de Gabinete Michael Gove, a cuya sombra medró Dominic Cummings, defendió este martes no solo su decisión de viajar de Londres a Durham en pleno confinamiento, sino también su “escapada”de 50 kilómetros a Barnard Castle para “probar la vista” al volante el 12 de abril (día del cumpleaños de su mujer).

Gove definió a Cummigs como “un hombre de honor e integridad” y aseguró que había dado una explicación “detallada, exhaustiva y verificable” de sus acciones en su comparecencia ante la prensa.

A instancias del comisario-jefe Steve White, la policía de Durham ha dado los pasos preliminares para una investigación. “En los últimos días hemos recibido una plétora de nuevos testimonios”, aseguró White, que ha pedido que se clarifiquen los hechos para “determinar si ha podido existir una violación de la ley”.

“Estamos hablando de un asunto de interés público y de confianza en la fuerza policial”, advirtió White. “La cuestión de fondo es nuestra capacidad como policía para mantener el confinamiento”.

Críticas de los conservadores británicos

Johnson se enfrenta también a la insurrección creciente en sus propias filas, con cuarenta diputados ‘tories’ reclamando la dimisión de su estratega. “Yo nunca habría tomado las decisiones de Cummings y habría considerado seriamente mi posición”, declaró el parlamentario Simon Jupp.

“Cummings actuó en contra del espíritu del confinamiento y el Primer Ministro debería pedirle que dimitiera”, advirtió por su parte el diputado conservador Mark Pawsey.

El líder del Partido Conservador en Escocia, Jackson Carlaw, se sumó a las peticiones de dimisión del estratega de Johnson: “Dado el furor que ha creado la situación, y la distracción que está suponiendo para el Primer Ministro, si yo fuera Cummings consideraría mi posición”.

Más de 37.000 víctimas

Como telón de fondo a la trifulca política, el contraste entre las cifras de muertes por el coronavirus tiene sumamente confundidos a los británicos. El recuento oficial del Gobierno habla de 37.048 víctimas mortales en los hospitales y las residencias, aunque la Oficina Nacional de Estadística eleva la cifra por encima de las 47.000 (a partir de los certificados de defunción).

‘The Daily Telegraph’ difundió este martes una estimación de 60.882 muertes “excesivas” en los tres últimos meses, en comparación con la media de los cinco últimos años para el mismo período.

Entre tanto, la carta de un ingeniero informático jubilado -John Wilson- narrando la dramática muerte de su esposa por coronavirus en el hospital y la imposibilidad de poder verla en sus últimas dos semanas de vida por el confinamiento, se viralizó el martes en las redes y fue vista por más de ocho millones de británicos. En la carta, Wilson expresa al diputado conservador de su distrito, Greg Smith, su decepción por el comportamiento del líder de su partido (Boris Johnson) y le pide su opinión sobre su caso particular y el sacrificio que tuvo que hacer “para seguir las reglas y proteger a los ciudadanos”.