La Charité, el hospital de los opositores políticos

La Charité. Solo con oír su nombre, Vladimir Putin probablemente sienta escalofríos. En 2012 Yulia Timoshenko, líder de la oposición proeuropea de Ucrania, se trató en la Charité los serios problemas de espalda que arrastraba desde su paso por prisión. Hasta el mismo sitio llegaba seis años más tarde Pjotr Verziloz, el miembro del grupo de punk político Pussy Riot, contrario a Putin, con claros síntomas de haber sido envenenado. Alexei Navalny, archienemigo del líder ruso, no llegaría hasta este