Los 27 desoyen a la Comisión Europea y la mayoría mantiene el cerrojo a Reino Unido

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Cada Estado miembro seguirá decidiendo qué medidas toma, incluido el cierre de fronteras, para contener la expansión de la mutación del coronavirus detectada en Reino Unido, después de que la Comisión Europea pidiera a los 27 levantar las restricciones de viaje para garantizar la libertad de movimiento de personas y mercancías este martes.

Tras reunirse esta misma tarde, los embajadores de los 27 países de la UE “tomaron nota” de las recomendaciones de la Comisión, pero mantendrán las medidas tomadas de manera unilateral en relación con la crisis en Reino Unido -una decena de países ha prohibido los vuelos con la isla-, y las reconsiderarán “cuando haya más evidencias científicas sobre la naturaleza de la nueva cepa del virus”, han explicado fuentes comunitarias. Eso sí, las capitales se comprometen a restablecer el transporte de mercancías y mantener la libre circulación dentro del espacio Schengen.

A pesar de la insistencia de la Comisión, las fronteras siguen siendo una competencia nacional, y los Estados miembros han sido incapaces de ponerse de acuerdo en cómo gestionar una nueva crisis. No es la primera vez. Las respuestas nacionales se han priorizado a las europeas desde que comenzaran las restricciones por la pandemia en marzo de este año y después, cuando se levantaron. Así y todo, los 27 seguirán informándose regularmente de la evolución de la situación y algunos países como Francia anunciaron ya el levantamiento de las medidas.

La Comisión Europea pidió este martes a los 27 que reabrieran las conexiones aéreas y ferroviarias con el territorio británico para facilitar los viajes esenciales y el transporte de mercancías. Bruselas proponía a cambio incrementar los controles y desaconsejar los viajes a territorio británico para limitar la expansión de la nueva cepa de coronavirus detectada en la isla.

Al menos hasta el 31 de diciembre, Reino Unido sigue formando parte del espacio de libre circulación europeo. Por eso, la Comisión insiste en que, en principio, los Estados miembros no deberían rechazar la entrada de personas que viajen desde territorio británico. “Las prohibiciones generalizadas de viaje no deberían impedir que miles de ciudadanos de la UE y el Reino Unido regresen a sus hogares”, dijo en un comunicado el Comisario de Justicia, Didier Reynders.

La Comisión requirió además que se faciliten los viajes esenciales, particularmente para los trabajadores sanitarios a los que en principio no debería exigírseles que se aíslen, y los trabajadores del transporte que, dijo Bruselas, “deben estar exentos de cualquier prohibición de viajar a través de cualquier frontera” y sugiere pruebas de antígenos para evitar el potencial impacto en las conexiones, en particular en el transporte de mercancías que puedan derivar en problemas de abastecimiento.

Dado el notable incremento de casos de Covid-19, en particular en Inglaterra, la Comisión pidió además que las autoridades públicas de los Estados miembro incrementen los controles para detectar potenciales mutaciones o casos de la nueva variante del virus, especialmente entre quienes hayan estado en Reino Unido en los últimos 14 días.

“Un último empujón”

La crisis en Reino Unido coincide con los últimos coletazos de la negociación para un acuerdo postBrexit, que entra en su fase final a apenas nueve días de que concluya el periodo de transición, y lejos aún de un acuerdo. Los embajadores también abordaron la cuestión.

“Estamos en un momento crucial, vamos a dar un último empujón”, dijo Michel Barnier, jefe negociador de la UE, camino de la reunión de los embajadores de los 27. Según fuentes de la UE, Barnier aseguró a los 27 que “la mayoría de los temas están preliminarmente cerrados o muy cerca de ser acordados”. Sin embargo, la pesca sigue siendo el último escollo. “Desafortunadamente, Reino Unido no se está movimiento lo suficiente para lograr un acuerdo justo de pesca”, dijo el negociador según la misma fuente. Un acuerdo con el que Londres y Bruselas llevan semanas regateando.

Las negociaciones se han intensificado en los últimos días para tratar de llegar a un entendimiento que haga posible cerrar un texto antes de final de año, que podría aprobarse de manera provisional si finalmente el Parlamento Europeo se niega a dar su visto bueno antes de enero por entender que no tienen tiempo suficiente para escudriñarlo. Si no llega, “la UE no cerrará su puerta a Reino Unido y está dispuesta a seguir negociando más allá del 1 de enero”, aseguró Barnier, durante su audiencia con los embajadores. Aunque los Estados miembro quieren dar carpetazo a la negociación lo antes posible.

La Comisión ya ha advertido que cuando concluya el periodo de transición, Reino Unido será un tercer estado y que dadas las circunstancias, entraría en la lista negra de países a los que la UE desaconseja los viajes. La vuelta al cierre de fronteras podría estar de nuevo sobre la mesa entonces.

Bruselas se prepara para un no acuerdo y ha puesto sobre la mesa una batería de medidas unilaterales, temporales y basadas en la reciprocidad por parte del Reino Unido para limitar el impacto de un posible no acuerdo, especialmente en la actividad pesquera y las fronteras. De no ser así, el próximo 1 de enero las imágenes de camiones apilados en enormes colas en Dover, atrapados, podrían volver a repetirse.