Gavin Newsom, ante un ultimátum político por su gestión de la pandemia en California
El futuro político de Gavin Newsom se ha ido embadurnando de sombras en los últimos meses. Sobre los hombros del gobernador de California se cierne la amenaza de un reférendum de revocación que podría costarle el puesto y acallar las voces de los que le consideran un futuro candidato idóneo para la Casa Blanca. Detrás de la movilización para lograr las 1,5 millones de firmas necesarias para el adelanto de los comicios está el descontento de una parte del electorado con su manejo de la crisis del coronavirus, con más muertes –48.357 hasta ayer– que ningún otro Estado del país, y la presión republicana para quitarse de encima a un rival que arrasó al candidato conservador en las elecciones con el 61,9% de los votos.
El declive en la popularidad del ex alcalde de San Francisco ha sido rotundo en los últimos cuatro meses. Newsom ha pasado de contar con una aprobación del 64% al 46% que le dio su respaldo en la última encuesta de principios de febrero. Muchos no le perdonan el ‘cerrojazo’ al que ha sometido a la economía durante la pandemia sin que las estrictas medidas se tradujeran en un descenso de los positivos o los fallecidos por Covid. Durante semanas la situación fue dantesca en muchos hospitales del Estado, especialmente en Los Ángeles, donde se llegaron a rechazar pacientes por el nivel de saturación y se atendieron enfermos en pasillos y salas de espera.
Por eso no es de extrañar que haya ido creciendo el sentimiento en su contra. De acuerdo a una encuesta de la universidad UC Berkeley, un 36% estaría dispuesto a votar para que sea destituido como gobernador sin esperar a los comicios de noviembre de 2022, una medida que solo tiene un antecedente en la historia estatal. Fue en 2013, cuando el demócrata Gray Davis fue derrotado por Arnold Schwarzeneger en esos comicios especiales. Antes de Davis, otros seis gobernadores, incluyendo a Ronald Reagan, se habían enfrentado a esa amenaza de referéndum, aunque nunca llegó a prosperar.
“Estos resultados deberían ser un fuerte aviso para el gobernador”, dijo Eric Schickler, codirector del Instituto de Estudios Gubernamentales de la Universidad de Berkeley. “Si la elección especial sigue adelante, la respuesta del Estado ante las necesidades de la pandemia tiene que ser percibida como mucho más exitosa para el gobernador de lo que es ahora”.
Falta poco menos de un mes para la entrega de ese millón y medio de firmas requeridas –el plazo se cumple el 17 de marzo–. Después, se procederá a verificarlas para evitar fraudes y duplicaciones, con la meta de celebrar unos comicios anticipados antes de que termine el año. En contra, los republicanos no solo tienen el tirón de Newsom en las urnas sino el hecho de que California es hoy aún más progresista de lo que era en 2003, cuando Schwarzenegger, el candidato republicano, derrotó a Davis, el gobernador demócrata, en ese referéndum.
La encuesta elaborada por Berkeley recoge que son muchos más los votantes (49%) que piensan que un adelanto electoral sería negativo para California que los que lo entienden como una ventaja (36%). Están, además, acostumbrados a esta clase de ruido. Desde 1913, diez gobernadores del Estado Dorado se han enfrentado a una moción de censura de este estilo –para un total de 55 hasta la fecha–, desde Culbert L. Olson en 1939 hasta el mismo Schwarzenegger. En California, tratar de llevar al gobernador al límite es algo habitual.