Los iraníes se dan una tregua para dar la bienvenida al año 1.400

La anciana Mina no sabe qué hacer esta vez. Está plantada frente a la floristería del parque del barrio judío de Yusef Abad, cuyo vendedor le acaba de ofrecer un jacinto, una planta imprescindible sobre la mesa del haftsín, por unos prohibitivos 1.400.000 riales. Unos cinco euros, dos comidas algo decentes. Dolorida por sus menguantes ahorros, entre regañadientes, Mina acabará llevándose aquel perfume de flores lilas a casa: una iraní puede vivir hasta sin oxígeno, pero no sin celebrar un Noruzd