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Leonie Lopez - is a digital journalist and health expert in Madrid.

Conseguir la inmunidad de grupo en Covid recortará hasta nueve años la esperanza de vida

A menos que se contenga el avance de la pandemia, la Covid-19 provocará un retroceso en la esperanza de vida en las zonas con mayor transmisión. Es una de las conclusiones del estudio publicado este jueves en la revista PLOS ONE, el primero en analizar la influencia de los fallecimientos provocados por el nuevo coronavirus en las estadísticas de longevidad, que se ha realizado teniendo en cuenta múltiples escenarios de infección en diferentes grupos de edad.
Los investigadores han elaborado un

Silvia Calzón, secretaria de Estado de Sanidad, sobre Madrid: “Entendemos que hay que tomar medidas”

Los casos confirmados de coronavirus no bajan. El informe del Ministerio de Sanidad publicado este jueves registra 11.291 nuevos contagios, una cifra muy similar a la aportada en la jornada anterior (11.193). Al igual que ayer, Murcia no ha podido actualizar sus datos por problemas técnicos.

En los 11.291 se incluyen las pruebas PCR realizadas en días anteriores, pero cuyo resultado se ha dado a conocer en el último día, así como las PCR hechas en las últimas 24 horas. Respecto a estas últimas, el informe oficial ha notificado 4.541 (ayer, 4.728). Madrid sigue acaparando una buena parte de ellos (1.613), región seguida por el País Vasco (551) y Andalucía (521).

“La implicación del Ministerio con Madrid y con todas las autonomías, pero especialmente con Madrid, existe desde el minuto uno”. Así lo ha manifestado la secretaria de Estado de Sanidad, Silvia Calzón, al valorar la petición del vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio Aguado, de que el Gobierno “se implique de forma contundente en el control de la epidemia” de covid.

Durante su rueda de prensa para analizar el informe diario del Ministerio de Sanidad, en el que Madrid ha vuelto a ser la comunidad española con más casos (suyos fueron 1.614 de los 4.541 nuevos positivos registrados en España en las últimas 24 horas), Calzón ha reiterado que el plan de control de la epidemia corresponde a la Comunidad madrileña: “Desde el Ministerio se valora de forma muy positiva cualquier actuación que emprenda Madrid de cara a controlar un escenario de mayor transmisión de la infección”. Según asegura, “el contacto es continuo y se ha intensificado esta semana con distintas reuniones a nivel técnico”.

Al ser preguntada sobre cómo cree el Ministerio de Sanidad que deberían ser esas restricciones a la movilidad o confinamientos parciales que baraja el Gobierno madrileño para que sean efectivas en una ciudad como ésta, Calzón dijo que han tenido conocimiento de la intención de la Comunidad de Madrid de implementar ésa y otras posibles medidas, y han dado su opinión técnica al respecto:”Corresponde a la Comunidad de Madrid terminar de definirlas y anunciar, como no puede ser de otra manera, el paquete definitivo de medidas. Por nuestra parte la valoración definitiva una vez que las conozcamos oficialmente”.

“Lo importante es que se tomen medidas. Todos sabemos lo que hay que hacer, la Estrategia de Respuesta Temprana las recoge…Reconocemos que lo más difícil es elegir el momento en que se hacen. Y en el caso concreto de Madrid, entendemos que hay que tomar medidas”, ha reiterado.

Cuarentenas más cortas

Lo que sí ha confirmado, como ya adelantó hace unos días Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, es que a pesar de la mala evolución de la epidemia, el Gobierno está estudiando rebajar la cuarentena para los infectados por Covid y sus contactos estrechos, que actualmente es de 14 días, “a 10 o siete días”. Desde su punto de vista, esa decisión requiere un debate de tipo técnico pero considera que acortarla favorecerá su cumplimiento por parte de la población. No obstante, ha afirmado que el Ministerio de Sanidad ha pedido opinión al Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés) para que valore cuál sería el periodo más adecuado.

Respecto al balance de los primeros días de colegio, considera que no es un ámbito que esté registrando una “especial incidencia” y no ve preocupantes las cifras de contagios, aunque debido a que la actividad escolar no se ha iniciado aún en todo el territorio, ni tampoco por igual en todas las fases educativas, adme que no disponen aún de datos globales.

La secretaria de Estado también ha advertido que “el otoño va a ser especialmente complejo” debido al aumento de infecciones respiratorias, por lo que desde su punto de vista la capacidad diagnóstica de las CCAA tendrá que ser todavía mayor. En esa línea, ha subrayado la importancia de extender la vacunación contra la gripe a más grupos.

851 brotes

Según ha preciado Calzón, durante la última semana se han contabilizado 851 brotes con más de 5.000 casos asociados. Casi el 80% de los brotes son pequeños, con menos de 10 afectados, y el 32% se ha originado en el ámbito social. Además, el porcentaje de asintomáticos sigue situándose en torno al 50%.

Al igual que ocurrió el lunes, Calzón fue ayer la encargada de comentar las cifras de contagiados en sustitución de Fernando Simón, que se encuentra de vacaciones. Preguntada sobre si el Gobierno o el Ministerio sabían que rodaría durante sus vacaciones en Mallorca un episodio del programa de televisión de Jesús Calleja precisamente en una semana en la que los contagios están aumentando, la secretaria de Estado declinó comentar aspectos de su vida privada y señaló únicamente que el compromiso de Simón «ha quedado demostrado de forma intensa durante la pandemia”. “Se ve que le echan mucho de menos y estará de nuevo aquí en los próximos días”, zanjó Calzón sobre la ausencia de su colega.

162 nuevas muertes, 419 en una semana

Sanidad ha sumado además 162 nuevas muertes a la cifra global de personas que han perdido la vida desde el inicio de la pandemia, que ya son 30.405. Hay que tener en cuenta que este dato no incluye los fallecidos en residencias ni aquellos que no llegaron a hacerse una PCR a pesar de presentar síntomas compatibles con el virus. Con fecha de defunción en la última semana, se ha informado de 419 decesos.

Al igual que en la tasa de contagios, Madrid también es la comunidad que más muertes registra: 138 en los últimos siete días, es más del doble que la región que se sitúa en segundo lugar, Andalucía, que notifica 64; Aragón, 40 (de acuerdo con el informe de Sanidad, esta comunidad llevaba días sin acumular ni un solo fallecimiento); Castilla y León, 34; el País Vasco, 33; Canarias y Valencia, 16; y Castilla La Mancha, 11. Baleares, Navarra y La Rioja suman nueve decesos; Cataluña, siete; Asturias, tres; Ceuta, dos; y Cantabria, Extremadura, Melilla y Murcia, uno. Así, todas las comunidades han contado, al menos, un fallecido en la última semana.

Las hospitalizaciones, por su parte, siguen superando las 2.000 en una semana. En concreto, el Gobierno ha contado 2.357 nuevos ingresos (125 más que ayer). La comunidad en la que más personas han requerido de ingreso en los últimos siete días sigue siendo Andalucía, que cuenta 455; seguida por Madrid (359) y Castilla y León (219). Actualmente, hay 10.003 personas hospitalizadas por esta enfermedad, de las que 1.331 están en la UCI.

En cuanto a la capacidad asistencial de los hospitales para atender a los enfermos de Covid-19, el promedio de camas ocupadas es un 8,6%, una décima más que los últimos días. La Comunidad de Madrid alcanza un 21% de ocupación hospitalaria; Castilla La Mancha, un 13%; y Aragón y el País Vasco, un 12%.

A nivel europeo, España continúa siendo el el segundo país en Europa con más contagios desde el inicio de la pandemia (625.651), solo por detrás de Rusia (1.079.519). Asimismo, le siguen Francia y Reino Unido, con 404.888 y 378.219 respectivamente. El país con mayor número de fallecidos sigue siendo Reino Unido (41.684) y le siguen Italia (35.645) y Francia (30.405).

España sigue a la cabeza en incidencia acumulada (IA) en los últimos 14 días de entre los países europeos que más contagios han registrado. Nuestro país notifica 259 positivos por cada 100.000 habitantes. Francia se sitúa en segunda posición, con 156 infectados. Ambos países presentan una tasa de IA alejadas de los siguientes en el ranking: Ucrania, con 82; los Países Bajos, con 73; y Rumanía, con 72.

Madrid empuja con fuerza la ‘segunda ola’

La ‘segunda ola’ en España no desciende. Si el impulso de la misma comenzaba con los brotes de Aragón y Cataluña, es ahora la transmisión comunitaria de la Comunidad de Madrid la que la mantiene y empuja. Más allá de la suma de casos, ayer se registraron 3.433 nuevos contagios, 1.501 en las últimas 24 horas (frente a los 912 del martes), preocupa que también sume ingresos hospitalarios, en UCI y fallecidos.
La extensión de la pandemia de coronavirus provocó 11.193 nuevos contagios en todo el paí

“No ha habido ninguna baja de voluntarios pese al efecto secundario de AstraZeneca”

En España, esta semana se dio el pistoletazo de salida el ensayo de la vacuna de la candidata de Janssen. María del Mar García Saiz, jefe del Servicio de Farmacología Clínica en el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla (Santander) reconoce que “no hemos perdido ningún voluntario por culpa del efecto secundario que se hizo público la semana pasada”. Además, subraya que “no hemos notado un impacto, el que no quería participar tenía otros motivos”.
Sobre las primeras jornadas de vacunación

Los ecologistas demandan al Gobierno por incumplir sus compromisos para combatir el cambio climático

Mientras la humanidad busca una solución común para la crisis sanitaria provocada por el virus SARSCOV-2, nuestro planeta sufre las consecuencias del calentamiento global, un fenómeno que requiere una reducción mundial de las emisiones de CO2 para revertir la tendencia. El tiempo apremia. En noviembre de 2019, el Parlamento Europeo declaró la emergencia climática. España hizo lo propio en enero de 2020. Desde el Ministerio para la Transición Ecológica, nuestro país reiteró su compromiso por la ambición para lograr los objetivos marcados en el Acuerdo de París y limitar el aumento de la temperatura media mundial a 1,5ºC con respecto a los niveles preindustriales.

Sin embargo, las expectativas no se han cumplido. Greenpeace, Ecologistas en Acción y Oxfam Intermón han interpuesto un recurso contencioso-administrativo ante la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo. Acusan al Gobierno de “inacción” ante el cambio climático. “La crisis climática es de la misma categoría o mayor que lo que estamos viviendo ahora con la pandemia. Pero se están dando muchos retrasos y a nuestro entender, los procedimientos, en base al derecho europeo, se tienen que cumplir”, ha explicado a EL MUNDO Mario Rodríguez, director de Greenpeace.

“España lleva años emitiendo gases de efecto invernadero por encima del límite establecido”, aseguran las tres organizaciones. Si entre 2008 y 2012 se nos permitió incrementar las emisiones en un 15% respecto a las de 1990, en realidad nuestro país lo hizo en un 22,8%. El exceso se compensó con la compra de derechos de emisión por un valor de 800 millones de euros. Desde entonces y, sólo atenuadas por la crisis económica, las emisiones han seguido creciendo de manera constante hasta la actualidad, como alertan en un comunicado de prensa.

Según las tres entidades, el borrador del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) y la Estrategia a Largo Plazo, que debía haberse aprobado con carácter definitivo el pasado mes de diciembre, incumplen el Reglamento (UE) 2018/1999 del Parlamento Europeo y del Consejo sobre la gobernanza de la Unión de la Energía y de la Acción por el Clima. Este documento fija un objetivo de reducción del 23% de las emisiones de gases de efecto invernadero en 2030, muy por debajo del compromiso adquirido a nivel internacional. Para los ecologistas el rango de emisiones no debe ser inferior al 55% en 2030 y acercarse al cero neto en 2040.

“Más audacia y contundencia”

“No negamos los esfuerzos del Gobierno porque por primera vez se ha declarado la emergencia climática en el Parlamento. Pero no se puede declarar la emergencia y tomar medidas insuficientes que no permiten cumplir el Acuerdo de París”, ha afirmado Rodríguez. “Entendemos que tenemos un Gobierno sensible que entiende la gravedad de la situación, pero pedimos una mayor audacia y una mayor contundencia. Como grupos ecologistas es nuestro deber hacerlo”.

De ser admitida, la demanda al Gobierno por incumplir sus compromisos con el Acuerdo de París, iniciaría el primer litigio climático de España. Se trata de un procedimiento judicial en el que se denuncia a las autoridades responsables por su inacción ante el cambio climático. También se pueden dirigir contra grandes corporaciones que realicen actividades altamente contaminantes que lo aceleren. Esta es la primera vez que se interpone un recurso de este tipo en nuestro país, que se suma al que afrontan otros estados como Alemania, Francia, Bélgica, Estados Unidos, Canadá, India o Nueva Zelanda.

Con la entrada en vigor del Acuerdo de Paris en 2016 es posible reclamar el cumplimiento de acciones que reduzcan el calentamiento global en base a los compromisos adquiridos por los estados. En Holanda, el Tribunal Supremo aceptó la demanda de la Fundación y URGENDA y ha condenado a su gobierno en 2020 por incumplir sus compromisos de mitigación climática.

“España incumplió el protocolo de Kioto. Superó las emisiones que otros países europeos le permitieron”, ha comentado Rodríguez. Y cuando no se cumple con lo que se debe, se recurre a los mercados de carbono para pagar por emitir el excedente. ¿Sale más barato pagar que cumplir? “El dicho del que contamina paga, siempre es más barato. Las empresas compran el derecho a emitir y esto se ha utilizado para eludir responsabilidades. Por eso vamos tan lentos y por eso hacemos esta llamada de atención, en un país democrático, a través de los jueces”, ha destacado Rodríguez.

La vulnerabilidad de España

Según la Agencia Europea del Medio Ambiente, España está, por su localización, desertización y su extenso litoral, entre los países de Europa más vulnerables al cambio climático. De no cumplirse los compromisos de reducción de emisiones, nuestro país se enfrenta tanto a episodios de sequía severos como al impacto de fuertes lluvias torrenciales, inundaciones o un aumento del número e intensidad de los incendios.

Para reducir las emisiones y, con ello, frenar el calentamiento global, se requieren grandes cambios en los modelos energéticos o de producción, una inversión costosa que a la larga podría evitar las grandes pérdidas económicas y de vidas que conllevan los fenómenos meteorológicos adversos ligados al cambio climático.

El calor extremo de abril habría sido casi imposible sin el cambio climático

El episodio de calor extremoque sufrimos la semana pasada, en plena primavera, y que elevó el termómetro en Córdoba hasta los 38,8 ºC, récord histórico en la Península para el mes de abril, “habría sido casi imposible” sin el cambio climático provocado por el hombre. Es la conclusión de un rápido análisis de atribución realizado por un equipo internacional de destacados científicos del clima del grupo World Weather Attribution (WWA).

El estudio, publicado este viernes, no sólo se centra en España, pues ese episodio de calor que enmarcan entre el 26 y el 28 de abril afectó también a Portugal, gran parte de Marruecos y el noroeste de Argelia.

Se trata de uno de los llamados estudios de atribución que realizan los científicos del clima del WWA para determinar si un fenómeno meteorológico extremo puede vincularse al cambio climático, pues aunque una de las principales consecuencias del calentamiento global es el aumento de la ocurrencia e intensidad de sequías, olas de calor o inundaciones causadas por grandes tormentas, no siempre se puede establecer una relación directa.

Según la decena de investigadores que firman este estudio, sí la hubo la pasada semana durante el episodio que, dependiendo de la región, provocó que se registraran temperaturas hasta 20 grados más altas de lo habitual en un mes de abril: el cambio climático hizo que el episodio de calor extremo fuera al menos 100 veces más probable.

Sin en España la temperatura más alta fueron los 38,8 ºC registrados en Córdoba el 27 de abril, Portugal alcanzó 36, 9ºC en Mora (el récord portugués hasta ahora eran los 36 ºC medidos en Pinhão, en 1945) y se quedaron cerca Amareleja (36,7 ºC), Neves Corvo (36,5), Alcácer do Sal (36,3), Alvalade/Sado (36,2) y Portel (36,1). Con 32,4 ºC, Lisboa también batió su récord para abril, según los datos del Instituto Portugués del Mar y la Atmósfera (IPMA).

En ciudades marroquíes como Sidi Slimane, Marrakech y Tarudant, las temperaturas superaron los 41 ºC, mientras que en Argelia, Maghnia o Mascara-Ghriss estuvieron a más de 40 ºC el 28 de abril.

Son récords de temperatura que se han roto “por un largo margen, como ha ocurrido en otras olas de calor recientes en el mundo”, sostiene Sjoukje Philip, coautor del estudio e investigador del Real Instituto de Meteorología de Países Bajos.

“Si bien Europa y el norte de África han experimentado olas de calor cada vez más con más frecuencia en los últimos años, el reciente calor en el Mediterráneo Occidental ha sido tan extremo que también es un evento raro incluso en este clima más cálido que hay actualmente”, escriben los autores. Según su estimación, las temperaturas en promedio observadas durante esos tres días tienen un periodo de retorno de aproximadamente 400 años (al menos 60 años) en el clima actual, lo que significa que hay aproximadamente un 0,25% de posibilidades de que se den en un año determinado.

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Estos récords de calor se producen, además, en el contexto de una sequía de varios años de duración, aumentando aún más los impactos en la agricultura, muy afectada ya por “la falta de agua derivada de una combinación de los efectos del cambio climático y del uso del agua”, según el estudio. “Las olas de calor tempranas y las condiciones de sequía asociadas amenazan el rendimiento de muchos cultivos como el trigo. Esta ola de calor ha llegado en un momento crítico para la campaña agrícola en los países Mediterráneo Occidental”, escriben los científicos, que señalan que el calor extremo en el Mediterráneo está aumentando más rápido incluso que los que los modelos estimaban.

Como señala Friederike Otto, coautor del estudio e investigador del Instituto Grantham de Cambio Climático y el Medio ambiente, “el Mediterráneo es una de las regiones de Europa más vulnerables al cambio climático. Está experimentando una sequía muy duradera y muy intensa y estas temperaturas tan altas en una época en la que debería estar lloviendo agravan la situación”.

En un escenario de aumento de temperatura media de 2 ºC respecto a la que había al inicio de la era industrial (0,8 ºC más de la temperatura actual, por tanto), una ola de calor como la que hemos sufrido habría sido un grado más calurosa, una estimación que incluso los científicos que la hacen consideran “muy conservadora”.

Ola de calor vs episodio de calor

Aunque los autores del estudio de atribución hablan de ola de calor, técnicamente en España no se ha considerado una ola de calor, tal y como precisa Rubén del Campo, portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet): “Lo primero que hay que tener presente es que no hay una definición universal ni única de ola de calor, y ésta puede abordarse desde distintas perspectivas, como el umbral de temperatura a partir del cual puede haber afectación en la salud de las personas, pero nosotros nos basamos en la anomalía climática”.

Para diferenciarla de un episodio de calor, en España se considera que una ola de calor se produce produce cuando, durante al menos tres días consecutivos, al menos el 10% del país (de las estaciones consideradas) registran máximas por encima del percentil del 95% de su serie de temperaturas máximas de los meses de julio y agosto durante el periodo de referencia. “Obviamente en este episodio las temperaturas han sido mucho más altas de lo habitual en abril, pero no que en julio y agosto”, precisa el meteorólogo.

Así, según la definición que usa Aemet, la ola de calor más temprana que ha sufrido España fue el 11 de junio de 1980, aunque en 2022 tuvimos también una ola temprana, pues comenzó el 12 de junio.

Anomalía de temperaturas registradas entre el 26 y el 28 de abril respecto al periodo 1991-2020. El recuadro muestra la zona analizada en este estudio

Aunque la pasada semana no se llegaron a superar los 40 ºC en ninguna estación de Aemet, como se apuntó que podría ocurrir, fue un episodio extraordinario que batió récords en más de 40 de las 90 estaciones principales de la red de Aemet, tal y como adelanta Ricardo Torrijo. Este portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología subraya que lo que manejan todavía son datos provisionales, a la espera de que se realicen los informes definitivos de abril. “Además de esas 90 estaciones principales, tenemos muchísimas más que requerirán un análisis más cuidadoso”, señala.

El récord de temperatura del episodio de abril fueron esos 38,8 ºC registrados el jueves pasado en el aeropuerto de Córdoba, que desbancaron los 38,6 ºC medidos el 9 de abril de 2011 en Elche (Altabix), hasta ahora récord en un mes de abril en la Península. La semana pasada, otras estaciones cercanas al aeropuerto de Córdoba marcaron temperaturas de 38,5 ºC y los 37,9 ºC. El récord nacional sigue ostentándolo La Aldea de San Nicolás, en Gran Canaria, que marcó 40,2 grados el 20 de abril de 2013.

Muertes por calor

Los científicos que firman este estudio de atribución subrayan que “las olas de calor se encuentran entre los fenómenos naturales que más muertes provocan cada año, aunque el impacto real a menudo no se conoce hasta semanas o meses después de que se haya producido, una vez se recogen todos los datos o los científicos puedan analizar el exceso de muertes. En cualquier caso, advierten, en muchos sitios no se contabilizan bien las muertes por calor por lo que consideran que las las estimaciones que existen están probablemente por debajo de las cifras reales.

“Aunque los datos de mortalidad verificados de la ola de calor actual aún no están disponibles, sí sabemos que en 2022 las olas de calor contribuyeron a casi 4.000 muertes en España y más de 1.000 muertes en Portugal (OMS, 2022)”, dicen los científicos, que recuerdan que “cada año, un promedio de 262, 250 y 116 personas mueren por enfermedades relacionadas con el calor en Argelia, Marruecos y Túnez, respectivamente (Hajat et al., 2023)”. En Túnez, una revisión de la mortalidad por todas las causas entre 2005 y 2007 encontró que por cada grado Celsius por encima de 31,5 ºC, la mortalidad diaria aumentó en un 2%.

Aunque los habitantes de los países mediterráneos estamos habituados a lidiar con altas temperaturas, los científicos subrayan que las olas de calor tempranas como las de la semana pasada tienden a ser particularmente mortales debido a la falta de aclimatación del población y a que nos pillan desprevenidos (por ejemplo, muchas personas aún no han sacado sus ventiladores o aparatos de aire acondicionado), y a los efectos en las cosechas agrícolas.

No obstante este equipo científico destaca también una buena noticia vinculada a la adaptación: “Las muertes relacionadas con el calor han disminuido en ciudades con planificación urbana para calor extremo. Esto ha resultado eficaz en España, y especialmente en Lisboa (Portugal), donde el efecto isla de calor urbano se ha reducido mediante incorporando más espacios verdes y azules”, señalan. Además, los sistemas de alerta temprana para el calor, gestos sencillos de autoprotección como beber suficiente agua, planes urbanos contra el calor, fuertes lazos sociales y una mejor percepción del riesgo se han demostrado eficaces para reduce los impactos en la salud.

“En España hemos visto que se ha adelantado la puesta en marcha de medidas de adaptación al calor, que es exactamente el tipo de acciones que queremos ver más para reducir las muertes por esta causa”, opina Roop Singh, asesor del Centro para el Clima Red Cross Red Crescent.

Covid 2023, así es la siguiente fase de convivencia con el virus pandémico

La población mundial sufrió un déjà vu cuando a finales del pasado mes de diciembre y principios de enero empezaron a llegar las primeras noticias de la explosión de casos de Covid-19 en China. Aquello coincidió, poco después, con la reapertura total de sus fronteras. Y se sumaba la rápida expansión en el noroeste de Estados Unidos de la nueva variante de ómicrón XBB.1.5, conocida coloquialmente como kraken -y mucho más recientemente la que denominan ortro-.

Todo aquello parecía seguir similar patrón a finales de 2019 y principios de 2020. “¿Volver a empezar?”. Se preguntaba el mundo, emulando a la oscarizada película de José Luis Garci. Sin embargo, los científicos, a pesar de la prudencia que les caracteriza, parecían tenerlo más claro: el SARS-CoV-2 ha venido para quedarse.

Pero frente a lo sucedido en 2020 tenemos mucho ganado, lo que no significa bajar la guardia en lo que a vigilancia activa se refiere. La paulatina evolución positiva de la situación vírica en China ha dado pie a comités de expertos para que la OMS se pronuncie sobre el fin de la emergencia sanitaria por el Covid.

Los científicos consideran que, efectivamente, la emergencia global ha acabado, pero no la pandemia. Quedan por resolver aspectos como el desarrollo de nuevos antivirales o vacunas más efectivas para las que, además, es necesario establecer consensos y calendarios de administración a largo plazo para las diferentes circunstancias, hecho que ya han empezado a sugerir desde entidades sanitarias como la OMS. Y, desde luego, no dar la espalda a las desigualdades covídicas del mundo.

¿Hay riesgo elevado de una variante de preocupación?

El riesgo de que aparezca una variante sustancialmente diferente a lo que está circulando está siempre latente, indica Iñaki Comas, del Instituto de Biomedicina de Valencia, del CSIC, quien considera que ómicron fue un gran ejemplo cuando se creía que era difícil de desplazar a delta. “Variantes que no eran muy transmisibles pero que no se saltaban los anticuerpos, como delta, es difícil que se vuelvan a imponer. Cualquier variante que surja debe lidiar con la alta inmunización de la población. Pero cada infección es un billete de lotería que compra el virus y, por tanto, no podemos descartar que existan variantes desconocidas que cambien las circunstancias”.

Rafael Delgado, jefe del Servicio de Microbiología e Infecciosas del Hospital 12 de Octubre, de Madrid, señala que, en este momento, los países siguen analizando toda la diversidad que está apareciendo con actividades de secuenciación. “Lo que no ha sucedido hasta ahora, y parece poco probable, es que el virus cambie de comportamiento; que aparezca una variante que produzca una enfermedad más grave. Como la población está muy protegida, tienen ventajas selectivas aquellas secuencias que escapan a la acción de los anticuerpos, por lo que se seleccionan secuencias que escapan, relativamente, a la protección que tenemos. Eso es lo esperable en un escenario de futuro a medio plazo”.

¿Cómo sería la variante que alertara a los científicos?

A tenor de las dinámicas que se han ido sucediendo en cuanto a repercusión de las nuevas variantes del SARS-CoV-2, todo indica que “parece poco probable que el virus cambie de comportamiento y que aparezca una variante que produzca una enfermedad más grave”, según Delgado.

No obstante, “el riesgo de que aparezca una variante sustancialmente diferente a lo que está circulando se encuentra siempre latente”, recuerda Comas. “Las características de alerta se relacionarían, sobre todo, a que llevara a un repunte de enfermedad grave que se traduciría en hospitalizaciones en personas vacunadas o con inmunidad híbrida [vacunación e infección]. Como decía anteriormente, no es nada fácil que esto ocurra, pero tampoco se puede descartar. Con ómicron hubo suerte, porque se movió en la dirección contraria, más leve, pero nada dicta que eso vaya a ser así siempre”.

Delgado explica que para que hubiera algo preocupante, un virus relativamente diferente que causara una patología mucho más grave, tendría que “asemejarse más a MERS-CoV y SARS-CoV-1, ambos con mayor mortalidad, pero también con menor capacidad de transmisión. Paradójicamente, SARS-CoV-2 es más perverso: origina menos mortalidad, pero es capaz de infectar a la mitad de la población mundial en menos de tres semanas”. Patricia Muñoz, responsable del Servicio de Microbiología e Infecciosas del Hospital Gregorio Marañón, de Madrid, insiste en que son las autoridades internacionales las que deciden cuáles son las variantes de interés.

¿Qué nuevos datos está aportando la vigilancia activa?

De momento, el Servicio de Microbiología del Hospital Gregorio Marañón ha detectado tres casos de variante XBB.1.5, conocida fuera de los circuitos científicos como kraken, lo que indicaría, según Muñoz que claramente “está circulando en nuestra comunidad, por lo que habrá que ir secuenciando cepas, ya que esta variante solo se puede detectar si se secuencia”.

Esta nueva variante de ómicron, en la que se han unido dos virus diferentes y han añadido una nueva y única mutación en la proteína spike, ha sido detectada en tres pacientes; dos de ellos ancianos y con bastante comorbilidad asociada. Ninguno ha fallecido.

En Estados Unidos, esta variante representa ya el 80% de las cepas, por lo que ha desplazado, muy rápidamente, a las demás cepas circulantes. ¿Esto va a suceder en Europa y en España? “Podría, pero lo desconocemos. El hecho es que siempre que un sublinaje desplaza a las demás es porque tiene una ventaja; es más contagiosa. ¿Esto puede conllevar una nueva ola con aumento de ingresos? No lo podemos saber”.

El mensaje, para Muñoz, es que gracias a lo que hemos aprendido en la pandemia podemos secuenciar y podemos vigilar. “La vigilancia activa es muy importante y no solo como respuesta ante un brote o por los aspectos nosocomiales que preocupan en Salud Pública. Saber a lo que nos enfrentamos es esencial”, concluye.

“Sobre las variantes siempre ha habido mucho dramatismo”, considera Comas, incidiendo en que “desde quien piensa que no tienen un papel importante a quien opina que la siguiente variante será la definitiva”.

En cuanto a las variantes que vengan en el futuro, independientemente de en qué país se originen, lo que hay que hacer es tener la capacidad de vigilarlas y evaluar su posible impacto. “Primero, saber si son más transmisibles; después concretar si son más severas y, por último, saber si afecta a la efectividad de las vacunas, primero contra la infección y segundo contra la enfermedad grave”, insiste Comas.

¿La protección inmunológica en España es suficiente?

“En España, más de un 85% de población está vacunada con dos dosis; de ellos, muchos se han infectado después y otros antes de vacunarse. Más del 50% tiene un refuerzo y alguno de ellos también se ha infectado; menor proporción de personas tienen dos refuerzos y, finalmente, hay personas que no se han vacunado y se han infectado una o varias veces, de las cuales unas viven y otras han muerto”, expone el profesor Raúl Ortiz de Lejarazu, director emérito del Centro Nacional de la Gripe, en Valladolid, y portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc). “Eso hace que nuestra población tenga una proporción importante de personas que ya nunca serán naive frente al virus SARS-CoV-2, lo que marca la diferencia frente a nuevas variantes, que aparecerán seguro. Serán más infecciosas, pero no más letales”.

También nos ve bien protegidos Antoni Trilla, jefe de Medicina Preventiva y Epidemiología del Hospital Clínic de Barcelona, quien afirma: “Entre todos hemos construido un muro de inmunidad, de los mejores del mundo, pero que obviamente no nos pone a salvo de nuevas infecciones. La protección es alta frente a las formas graves de enfermedad, pero no ante contagios y reinfecciones.

Jeringuillas y material sanitario en L.A. Care y Blue Shield en California Promise Health Plans’ Community Resource Center.Mark J. TerrillAPVacunación Covid: ¿cuándo y a quién?

El segundo refuerzo con las vacunas actualizadas bivalentes es, a juicio de Trilla, “altamente recomendable en población de riesgo elevado (edad superior a 60 años, enfermedades de base graves, embarazo). Para el resto de la población quizás no es necesaria, pero probablemente sea conveniente vacunarse y hacerlo ahora, siempre que hayan transcurrido más de cinco meses tras la última infección”.

Ortiz de Lejarazu, quien confía en que se olvide pronto lo de numerar las dosis, coincide en que los refuerzos vacunales se deben dirigir “con estrategia” y han de seguir “casi el mismo orden que al inicio de la pandemia”, esto es, priorizando a las personas con más riesgo; también espera que “habrá vacunas mejor actualizadas y de más duración que las actuales”.

¿Qué ofrece la inmunidad híbrida?

En Lancet Infectious Diseases acaba de aparecer una revisión de los estudios que analizan este aspecto, y que menciona Trilla. “La protección derivada de la inmunidad híbrida es superior y de mayor duración que la derivada de la infección, de nuevo frente a las formas graves del Covid y en menor proporción frente al contagio. El mensaje es claro: aunque te hayas infectado, es mejor vacunarse”.

Es importante, advierte Ortiz de Lejarazu, que la inmunidad protectora, tanto por infecciones, híbrida o exclusivamente vacunal, tiende a desaparecer a partir del primer año.

¿Nos tendremos que vacunar todos los años?

Muñoz señala que lo que están observando los análisis sobre inmunización es que “los anticuerpos van disminuyendo a lo largo del tiempo. Probablemente, el abordaje vaya a ser más parecido a la gripe, patología para la que cada año hay que modificar la vacuna según las cepas que van circulando. En el futuro, podrían ser vacunas que se administren conjuntamente con la de la gripe en cada temporada”.

Las vacunas, según Ortiz de Lejarazu, siempre son necesarias. Delgado cree que “seguramente haya que establecer una pauta de refuerzo que sea compatible y razonable a largo plazo. Se tendrá que llegar a un consenso de una vacuna que sea razonablemente buena y que se administre en periodos que sean también compatibles con políticas razonables de salud pública”.

¿Puede decirse que unas vacunas son preferibles a otras?

“No existe una vacuna perfecta”, contesta Ortiz de Lejarazu. “Las de ARNm probaron mayor efectividad que las adenovirales en los ensayos pivotales y durante el segundo año de circulación pandémica (2021); sin embargo, las personas que han pasado una infección y además están vacunadas prácticamente igualan la efectividad frente a futuras infecciones.

Y el virólogo explica que las pautas heterólogas, con vacuna adenoviral primero y basada en ARNm después, también han probado ser eficaces. “Ninguna vacuna sobra cuando todavía falta un 30% de la población mundial por vacunar adecuadamente”.

¿Ha llegado el fin de la pandemia?

Para Delgado, la pandemia, como tal, “ha acabado. Es evidente que el virus circula y circulará, pero también rinovirus o gripe y no estamos en pandemia. Tenemos un virus nuevo, eso no es bueno. Pero el impacto que produce actualmente en la vida diaria, en poblaciones que se han infectado y vacunado, es mínimo”.
“No, la pandemia no ha acabado”, sostiene Comas, quien matiza que, “ha acabado la emergencia”. Pero “la mortalidad es alta y todavía no hemos resuelto muchos temas como nuevos antivirales o vacunas más efectivas contra la infección y, sobre todo, no hemos acabado con el coronavirus como pandemia global.

HIFU: así es la ‘magia’ de los ultrasonidos que acaba con los temblores esenciales y del párkinson

María Pilar tiene 61 años. Siendo joven empezó a notar que le temblaban las manos, sobre todo la izquierda aunque ella es diestra. “Por aquel entonces podía controlarlo”, dice. Cuando llegó a la cincuentena, los temblores se volvieron más fuertes y limitantes y su control se hacía imposible. Pero el pasado miércoles 3 de mayo, María Pilar decía adiós a ese movimiento involuntario diagnosticado hace años y sobre el que ninguna terapia previa había funcionado. A las 8:30 horas llegaba al Servicio de Radiodiagnóstico del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, donde iba a recibir el tratamiento HIFU (High Intensity Focal Ultrasound). Es decir, la aplicación de calor por ultrasonidos de alta intensidad dirigido a quemar y destruir sólo las neuronas implicadas en el temblor esencial que padecía.

Tras dos horas, entre la preparación y la propia terapia de algo más de una hora, María Pilar ya no mostraba temblor en su mano izquierda. Era capaz de estirar el brazo sin movimiento, tocarse la nariz a la primera, y su voz, también afectada por el temblor, sonaba con menos titubeo. A penas podía articular palabra, pero era producto de la emoción al ver el resultado: “Es un poco molesto por la presión que notas en la cabeza, pero compensa. Al ver que mi mano no templaba he sentido muchísima emoción”, relata María Pilar antes de dar paso a las lágrimas.

El Hospital Clínico San Carlos, concretamente el equipo multidisciplinar que compone el Instituto de Neurociencias del centro, es el único público de la Comunidad de Madrid y el segundo de los tres del Sistema Nacional de Salud que disponen de esta sofisticada tecnología. El primero fue el Hospital de Santiago de Compostela. Desde el pasado verano, cuando recibió la acreditación pertinente para aplicar el HIFU, el Clínico ha tratado a 77 pacientes aquejados de temblor esencial y también el asociado al párkinson, y ha reducido un 80% de media el temblor de las extremidades superiores en una sola sesión y duradera en el tiempo.

Los profesionales del Servicio de Radiología del Clínico San Carlos ayudan a María Pilar, con temblor esencial, a tumbarse en la RM donde recibirá el tratamiento HIFU.

Los miércoles de cada semana obran el milagro en dos pacientes que cumplan unas características: padecer un temblor moderado y que las terapias anteriores, incluidas las farmacológicas y la estimulación cerebral profunda, no hayan dado resultado. María Pilar fue la primera el pasado 3 de mayo. A ella le siguió Julio Pavón, aquejado de párkinson.

Pero, ¿cómo se produce esta magia? El dispositivo, encargado de llevar el calor hasta la zona del cerebro que ha de ser tratada y que está previamente marcada por los especialistas, “es un transductor de ultrasonidos, que transforma esa energía en calor, acoplado a una máquina de resonancia magnética (RM) de tres teslas muy moderna y de mucha precisión”, explica la doctora Rocío García Ramos, neuróloga del Clínico. “La clave del HIFU es que permite medir la temperatura del centro del cerebro en directo y vas viendo en un punto profundo qué temperatura alcanza por ultrasonidos”, añade.

Carlos Pérez, radiólogo del centro, es el responsable de fijar la diana en la que se aplicará el calor. Para ello, realiza una tractografía sobre una RM del paciente (es el único centro que lo hace según dice) y establece las coordenadas donde aplicar el tratamiento sin dañar otras zonas, sólo la relacionada con el temblor. “Calculamos los milímetros donde tenemos que darle y gracias a cómo lo hacemos el proceso es más corto y evitamos muchos efectos secundarios porque vamos directamente a esa diana”, explica. “El tiempo medio del tratamiento es de 68 minutos, que es el menor registrado, ya que hay otros procedimientos que duran hasta tres horas”.

Imágenes cerebrales donde el radiólogo marca las coordenadas y la diana en la que se aplica el HIFU.

Esa tractografía con las coordenadas se fusiona con un TAC previo que muestra el hueso y las calcificaciones del cráneo. Todo ello se integra en el ordenador desde el que se controla el trabajo del HIFU. “Se hace para ver cómo es el cráneo y ver por dónde pueden entrar los ultrasonidos y llegar a la zona del cerebro que hemos marcado”, continúa. “El grosor y la estructura craneal determinan el tiempo, la intensidad y que se pueda o no aplicar. A veces si el cráneo es muy gordo no va a merecer la pena, porque se produce mucho dolor debido a la intensidad”, apunta García Ramos.

Mientras los especialistas ultiman y calibran la RM con el transductor (una comprobación que se realiza varias veces a lo largo del tratamiento), comienza la preparación de María Pilar, a la que antes le han rapado el pelo.

Lo primero que recibe es una anestesia local en la cabeza para poderle instalar con unos tornillos el anclaje de un marco que impedirá que se mueva una vez acoplada en el transductor. A continuación, le colocan una especie de pamela con una membrana de silicona que “se llena de agua para que haya un material conductor de los ultrasonidos como es el líquido y a la vez enfríe y no queme al paciente”, explica el radiólogo.

Momentos antes de entrar en la RM, María Pilar pinta por dentro de una espiral el recorrido de esa figura. Sin embargo, su temblor hace que no logre en absoluto el objetivo.

Una vez tumbada en la resonancia, los técnicos alinean la máquina y comienzan a hacer calentamientos en torno a los 47 grados centígrados que luego van subiendo. A continuación llega la fase de verificación, donde “el calor va en aumento hasta los 52 grados más o menos y se ven los efectos clínicos y los posibles efectos secundarios. Una vez comprado que no los hay, se inicia el tratamiento”, explica García Ramos.

Antes de someterse al HIFU, los pacientes tratan de dibujar el recorrido de una espiral (imagen superior). Al término del tratamiento, ya sin temblor, logran hacerlo.

En las tres siguientes sonicaciones (aplicación de ultrasonidos) la temperatura va aumentando hasta llegar a los 59 grados de la última. Tras cada una de ellas, la neuróloga, acompañada de otras especialistas y profesionales de la unidad, comprueban cómo se encuentra la paciente, le piden que estire el brazo, se toque la nariz y vuelva a dibujar la espiral. Al final del tratamiento de HIFU ya no hay temblor y el dibujo de la espiral, un garabato en el inicio, es casi perfecto.

María Pilar comenta que está “un poco mareada” y que siente “algo de dolor de cabeza”. Pero no puede seguir hablando y echa a llorar de la emoción.

Una vez retirado el anclaje, vuelven a realizar una RM para comprobar que todo está bien y que se ha cumplido el objetivo. María Pilar permanecerá un día ingresada en el hospital. “Es por precaución y para su propia tranquilidad, porque podría irse a casa ahora mismo. Además, estos pacientes tienen muy poco seguimiento; no lo necesitan aunque los vemos al mes, a los seis meses y al año para recabar los resultados”, señala García Ramos.

Entre paciente y paciente se limpia todo y se prepara un nuevo marco y una nueva membrana. Le llega el turno a Julio Pavón, de 74 años. Él está aquejado de párkinson, diagnosticado cuatro o cinco años atrás. Es zurdo y esa es la extremidad en la que los especialistas van a aplicar el HIFU. Aunque su temblor no parece tan notable como en el caso anterior, su ex mujer Yolanda, que le acompaña al tratamiento, explica que al principio “no era demasiado evidente, pero ha ido empeorando. Tiene una especie de espasmos y le afecta en los actos más cotidianos como pueden ser cortar un filete, lavarse los dientes, servir la comida e incluso beber un vaso que termina derramándose”, detalla. “Ya no se atreve a hacer muchas cosas porque tiene miedo”.

De izda. a dcha., Carlos Pérez, radiólogo; Rocío García Ramos, neuróloga; y Albert Trondin, neurocirujano. Todos ellos del Clínico San Carlos de Madrid.

Julio llega al servicio de Radiología a las 11 de la mañana y comienza la misma preparación que su antecesora. Dice estar esperanzado “con esta maravillosa tecnología” y aplaude que la sanidad pública cuente con ella. No pierde el humor y bromea comparándose con el desaparecido actor Yul Brynner tras verse con la cabeza rapada.

En su caso, el procedimiento es algo más duro y doloroso debido a la estructura y grosor de su cráneo. De hecho, mientras que en las sonicaciones de María Pilar la energía utilizada llegó a los 6.000 julios, en él alcanzan los 38.000 (el máximo son 45.000), según explica la neuróloga. Esa potencia hace que él note mucha más presión en la cabeza. Entre aplicación y aplicación, le piden que haga los mismos ejercicios: “Estira el brazo, tócate la nariz y dibuja la espiral”.

Julio está mareado y refiere dolor de cabeza, pero añade con muy buen ánimo: “Es soportable”. Para aplacar el dolor de cabeza le proporcionan paracetamol intravenoso y proceden a la última sonicación. “Se ha portado como un campeón porque se le ha dado mucha tralla”, apunta el radiólogo.

Finalizado el proceso, Julio vuelve a dibujar la espiral y logra un buen trazo. Tira besos a los especialistas y da las gracias emocionado: “De regreso a la normalidad. Se me ha hecho un poco largo y el casco es muy incómodo, pero ha merecido la pena·.

Ha vuelto a obrarse el milagro. Julio coge un vaso de agua y lo bebe sin problema y sin derramar una gota.

María Pilar y Julio han sido los pacientes semanales que se han beneficiado de la magia ejecutada por los especialistas a los mandos del HIFU. “Es un tratamiento cuyo coste todavía está calculando el hospital”, señala la neuróloga García Ramos. En los hospitales privados que disponen de esta tecnología ese presupuesto puede llegar e incluso superar los 19.000 euros. Sólo el precio de la membrana que colocan a los pacientes y que es de un solo uso asciende a 5.000 euros.

“En España, por ahora, sólo tres hospitales públicos cuentan con un HIFU: el Hospital de Santiago de Compostela, el primero; el Clínico de Madrid, que fue el segundo y primero de la comunidad; y el Hospital Germans Trias i Puyol de Badalona”, señala García Ramos. “Pero hay otros pendientes de acreditación. Por ejemplo, el Ramón y Cajal también de Madrid”.

Explica, además, que “ahora mismo el tratamiento es sólo lateral y sobre el miembro dominante. No se hacen los dos lados a la vez para evitar efectos secundarios como la inestabilidad o los trastornos del habla. Se lesionan sólo las neuronas que afectan al temblor de un lado y el otro equilibra y compensa. Pasado un año, se puede hacer el bilatera”». García Ramos concluye: “El HIFU da salida a pacientes que antes no la tenían y en los que habían fallado otros tratamientos previos”.

Tras ver la eficacia del proceso, la palabra “espectacular” fue la más repetida esa mañana.

Científicos de EEUU logran por primera vez que la quimioterapia penetre en el cerebro para tratar tumores mortales

Un equipo de científicos de la Northwestern University, en Estados Unidos, ha conseguido por primera vez abrir la barrera hematoencefálica para conseguir que la quimioterapia más potente llegue al cerebro para tratar los glioblastomas, el tumor cerebral más agresivo y común.

Según un artículo en la publicación especializada The Lancet Oncology, los investigadores implantaron un aparato de ultrasonidos en los pacientes que usa microburbujas para abrir la barrera hematoencefálica y permear partes críticas del cerebro de forma que penetrase la quimioterapia administrada vía intravenosa.

Precisamente, uno de los principales obstáculos hasta ahora para tratar ese tumor mortal había sido que la quimioterapia más potente no podía permear la barrera hematoencefálica, una estructura microscópica que protege al cerebro de la mayoría de medicamentos.

Los científicos de la facultad de Medicina de Northwestern ejecutaron ese proceso de apenas cuatro minutos de duración con los pacientes despiertos, que se pudieron ir a sus casas en solo unas horas.

Según los resultados de este ensayo, el tratamiento es “seguro” y fue “bien tolerado” por los pacientes, algunos de los cuales fueron sometidos hasta a seis sesiones.

Gracias a la apertura de la barrera hematoencefálica, los enfermos recibieron concentraciones de quimioterapia de cuatro a seis veces superiores en sus cerebros.

Los científicos observaron este aumento con dos medicamentos diferentes, paclitaxel y carboplatino, que no se suelen usar en enfermos de gioblastoma por sus dificultades para permear la barrera hematoencefálica.

Además, se trata del primer estudio que describe con qué rapidez la barrera vuelve a cerrarse tras haber sido abierta con la sonicación, o aplicación de ultrasonidos.

Los científicos descubrieron que de 30 a 60 minutos después de someterse al proceso la barrera hematoencefálica volvía a cerrarse, lo que permitirá optimizar la secuencia de suministro de la droga y la activación de los ultrasonidos.

El investigador principal y profesor de la escuela de Medicina Feinberg de la citada universidad, Adam Sonabend, consideró el logro como “un avance potencialmente enorme para los pacientes de gioblastoma”.

El neurocirujano explicó, según el comunicado, que el medicamento usado actualmente contra los gioblastomas, la temozolomida, puede atravesar la barrera pero tiene efectos débiles.

La dificultad de atravesar la barrera hematoencefálica ha limitado en gran medida el arsenal disponible para luchar contra los tumores cerebrales.

Experimentos pasados con paclitaxel inyectado directamente en el cerebro ofrecieron resultados prometedores, pero la práctica se asoció con irritación cerebral y meningitis.

El uso de los ultrasonidos permite que en el espacio de una hora la barrera se abra y vuelva a cerrarse, lo que proporciona “una ventana temporal tras la sonicación en la que el cerebro es permeable a las drogas que circulan por el torrente sanguíneo”, según Sonabend.

Los hallazgos de este estudio son la base de la segunda fase del ensayo clínico que los científicos están llevando a cabo con pacientes con gioblastoma recurrente, y que tiene como objetivo investigar si el tratamiento combinado con paclitaxel y carboplatina prolonga la vida de estos enfermos.

“Aunque nos hemos centrado en el cáncer cerebral, esto abre la puerta a investigar nuevos tratamientos con fármacos para millones de pacientes que sufren de enfermedades cerebrales”, dijo Sonabend.

Esta es la sentencia de la Audiencia de Madrid que ha indignado a los psiquiatras

Ganaron el juicio en el Juzgado de Primera Instancia número 59 de Madrid. En una sentencia con fecha de noviembre de 2021, el juzgado de Madrid admitió la demanda de la Sociedad Española de Psiquiatría (SEP) contra Citizens Commission on Human Rights y su homóloga en España la Comisión Ciudadana de Derechos Humanos de España, organizaciones sin ánimo de lucro fundadas por la Iglesia de la Cienciología y el psiquiatra Thomas Szasz.

Entonces, la justicia reconoció que las organizaciones ligadas a

la Iglesia a la que pertenece Tom Cruise estaban cometiendo “una intromisión ilegítima” y
“lesionando el honor de todos los psiquiatras miembros de la SEP”
con el contenido de las publicaciones en sus páginas webs. Mandó retirar estos contenidos y los ejemplares físicos de esas informaciones. Con la condena al pago de las costas a las dos demandadas.

Además, los psiquiatras de la SEP –
que en la actualidad es la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental (SEPSM)
– en su reclamación judicial destacaron que la Comisión Ciudadana de Derechos Humanos de España fue declarada como asociación de utilidad pública en 2009 y es independiente financiera y jurídicamente de la
Citizens Commission on Human Rights.

¿Qué decían y dicen esas informaciones publicadas en las webs: www.cchr.org.es y www.ccdh.es?
Apunten: calificaban a los psiquiatras de “delincuentes, agresores sexuales,
precursores de genocidios
, responsables de la erosión de la educación y la justicia,
incitadores a la drogadicción
,
narcotraficantes
, practicantes fraudulentos…”. Y sigue la retahíla de descalificativos por los que la SEP demandó a estas sociedades.

Pero la sentencia de instancia fue recurrida por las sociedades de la Iglesia de la Cienciología y, en este caso, la Audiencia Provincial Civil de Madrid ha revocado el fallo, con una sentencia en la que
hace prevalecer la libertad de expresión al derecho al honor
. Es decir, da la razón a las sociedades de la Cienciología.

Eso sí, admiten que las
expresiones utilizadas
contra estos profesionales de la medicina son
“muy ácidas”
. En concreto, la sentencia de la Audiencia de Madrid analiza siete informaciones que son las que no habrían “caducado”. Es decir, las que entre la fecha de su publicación y la demanda de la SEP
no habían transcurrido los cuatro años hábiles para reclamar en vía judicial
.

La Audiencia juzga una por una las siete informaciones donde los psiquiatras y su trabajo queda duramente cuestionado, ponderando los dos derechos fundamentales en conflicto:
“El derecho al honor y el derecho a la libertad de información y de expresión”.

En el juicio final de cada una de estas informaciones
se impone la libertad de expresión y de información.
Sin embargo, en las palabras que utiliza el tribunal para justificar su decisión se puede entender la indignación que esta sentencia ha generado en los profesionales de la Psiquiatría. Estas son las informaciones que se repasan en la sentencia:
Primera: El psicópata

Los magistrados destacan las afirmaciones que dicen: “La Psiquiatría es una pseudociencia, que no logra curar las enfermedades mentales y que con sus tratamientos, muchas veces impuestos sin contar con la voluntad de los interesados, se perjudica gravemente a las personas,
se hace un símil entre el psiquiatra y el psicópata en cuanto considera que ambos perjudican a las personas
“.

Pero aclaran que
estas frases se enmarcan “dentro de las teorías antipsiquiátricas”
de las asociaciones demandadas. Y estas teorías son “perfectamente conocidas por todos los psiquiatras” y “
no pueden dañar
el honor de los profesionales”. En todo caso, añaden que, esas afirmaciones “quedarían amparadas en el derecho de la libertad de expresión”.
Segunda: Ni las farmacéuticas ni los médicos

En este contenido de las citadas webs, a los psiquiatras se “
les niega autoridad médica y se les imputa que inventan enfermedades mentales para recibir pagos de las compañías farmacéuticas”
.

Dice la información: “
Las farmacéuticas
no podrían haber vendido nada que alterase la mente sin la creación y aprobación de estos trastornos y enfermedades mentales de los psiquiatras…”.

Ante estas evidencias, los magistrados advierten que “algunas de las frases o expresiones que se señalan como ofensivas podrían dar a entender que en la conducta de los psiquiatras
prima el lucro económico
sobre el fin curativo y terapéutico, pero no creemos que podemos aceptar que el derecho al honor deba prevalecer cuando se enfrentan al derecho a la libertad de expresión en el campo de la salud”.

De modo que, señalan los magistrados de la Audiencia de Madrid, “aunque podamos admitir que en el reportaje
existen ciertos excesos y comentarios respecto a los psiquiatras que pueden calificarse de abruptos y ácidos,
mantenemos la primacía de la libertad de expresión, ya que aparecen como una forma de reforzar la crítica y se encuentran vinculados al objetivo protegido por la libertad de expresión”.
Tercero: La psiquiatría, una historia de fracaso

Entre las perlas que recoge este tercer contenido se dice que “los psiquiatras siguen recurriendo a diversos métodos en los que se aplica la fuerza con el objeto de abrumar a los individuos en lo físico y en lo mental y que la Psiquiatría destruye vidas”. Aseguran que estos profesionales tienen
“entre los profesionales médicos una reputación bastante desfavorable”
. Y se les califica de “torpes y de segunda clase”.

En este punto, el artículo aborda los “internamientos forzosos e involuntarios”, sobre los que el tribunal razona “que se siguen practicando” y esto es algo que “no admite discusión”.

Tampoco aquí los magistrados ven una “intromisión ilegítima en el derecho al honor de los miembros de la SEP”. Aunque, la sentencia admite que en el artículo analizado “es cierto que parece afirmarse
que prima en la actuación de los psiquiatras el poder de sumisión
respecto a los pacientes sobre la finalidad curativa, pero ello se enmarca en las teorías que hacen una crítica general a la psiquiatría, a la que califican como sistema de control social, crítica que no debe sorprender a los miembros de la SEP.
Cuarto: el mundo de las drogas

Dentro de este cuarto artículo se resaltan estas frases como especialmente ofensivas y que deben ser objeto de tutela, como es la afirmación de que los psiquiatras
“trabajan arduamente día a día, ocupándose de engañarnos y atraparnos en el mundo de las drogas…”
. En este artículo vuelven a criticar “la labor de los psiquiatras al negarles autoridad y la eficacia de sus tratamientos y por la utilización de drogas para tratar todo tipo de los denominados trastornos mentales”.

El juicio de este punto por parte del tribunal se mantiene, aunque también llama la atención el reconocimiento de los magistrados de la dureza de los términos empleados contra estos profesionales. El fallo dice que aunque “quizás usando unos términos duros y ácidos”, al final
“todo ello se enmarca dentro de la crítica sobre los trastornos sociales en todos los campos de la vida que
, a juicio del autor de la publicación, producen los fármacos”. Así que reiteran que “la colisión entre los derechos fundamentales se debe inclinar hacia la libertad de expresión”.
Y así hasta el artículo siete

Los otros tres contenidos que se denuncian son una carta a los médicos de Atención Primaria, otra a los Estudiantes de Medicina y un artículo escrito por el abogado Luis de Miguel Ortega, titulado
Psiquiatría, pseudociencia y sanidad pública
. Los documentos insisten en las mismas ideas, que se resumen en negar la evidencia científica de la Psiquiatría y en que la medicación nunca llega a curar la enfermedad ni el trastorno. Consideran que
“la Psiquiatría se ha convertido en un sistema de control social
“.

La conclusión final de la Audiencia viene a decir a la Sociedad Española de Psiquiatría algo así como que ¿de qué se sorprenden? A final, las afirmaciones que estas organizaciones tienen en sus páginas web son “
meras consecuencias o deducciones de principios ya defendidos por las diversas corrientes antipsiquiatría que existen
y que creemos que son perfectamente conocidas por los miembros de la asociación demandante”.

Sobre las expresiones más ácidas y vejatorias contra los psiquiatras, que los magistrados admiten que existen en estos artículos, responden que “van ligadas directamente al objeto legítimo que podría ser protegido por la libertad de expresión”. Es decir,
no son punibles
.

Con la lectura de la sentencia, la indignación de los psiquiatras ha crecido. Sin embargo, desde la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental (SEPSM), antigua SEP, han respondido a este periódico que han presentado un
recurso a la sentencia ante el Tribunal Supremo
y que, por lo tanto, al tratarse de un proceso judicial abierto no quieren hacer más declaraciones.