La insólita estadística de Tavares y las lágrimas de Deck: “Verle retorcerse de dolor es durísimo”

La imagen del partido fueron las flores blancas lloviendo sobre el parqué del Stark Arena. La imagen del partido fueron las lágrimas del siempre imperturbable Gaby Deck. La imagen del partido fue Kevin Punter, que estará de vuelta para el choque decisivo, arengando a sus compañeros tras la dolorosa derrota. Por tantas cosas resultó inolvidable la batalla de Belgrado en la que el Real Madrid mostró su mejor imagen de la temporada. Un despertar al límite que deberá corroborar el miércoles (21.00 h., DAZN) en el WiZink.

Deberá lamer sus heridas y volver a encomendarse a Edy Tavares. Porque ante el gigante nada puede hacer ni siquiera todo el bagaje de Zeljko Obradovic. Se lesionó en la primera parte del primer partido y todo se torció para el Madrid hasta su retorno en el Stark Arena: dos noches para la historia. 41 de valoración el martes (segunda mejor marca de los playoffs) y 30 el jueves: 15 puntos, siete rebotes, dos tapones pero sobre todo el dos más uno tras un rechace ofensivo de coraje que lo decidió todo, ya en el último minuto, y por el que tanto se lamentó Obradovic al final. En lo que va de eliminatoria promedia 30,5 de valoración, lo que nunca nadie antes: por encima de los 29 de Terrell McIntyre (Montepaschi Siena) en 2009.

“Sabíamos que iba a ser duro ante la mejor afición de Europa. Jugamos cada segundo como si fuera el último”, pronunció el gigante, de nuevo exhausto, ‘olvidados’ los dolores en su rodilla que le lastran aunque no lo parezca. Ni el retorno de Mathias Lessort tras su partido de sanción por la pelea pudo frenarle.

Sergio Rodríguez

Fue el Chacho su mejor compinche esta vez: ocho puntos, siete asistencias y una magistral dirección en el infierno. Fundamental para la segunda victoria seguida en una de las pistas más duras del continente. Allí el Partizan sólo había perdido cinco partidos de 17 en la fase regular, sólo dos desde diciembre.

Pero todo quedó empañado por la lesión de Gaby Deck, que, a falta de pruebas que lo corroboren o descarten, pinta a muy grave. A falta de tres minutos, Zach Leday, puro ímpetu, se lanzó a por una bola imposible en medio del campo y se llevó por delante la rodilla izquierda del argentino, apoyada en el parqué. Las lágrimas brotaron del rostro del ‘Tortuga’, siempre pura frialdad, de inmediato. Sus compañeros se llevaron las manos a la cabeza con sus gritos de dolor. Se fue sin apoyar y roto en lágrimas. “Pinta mal. Verle retorcerse de dolor es algo durísimo”, afirmó Chus Mateo, que tampoco podrá contar con su otro ala-pívot, el sancionado Gerschon Yabusele, para el miércoles.

Nadie remontó jamás un 0-2. Nadie ganó jamás un quinto a domicilio. Lo extraordinario deberá suceder, sí o sí, en el Palacio.