Charlie, así se hace llamar, es un taxista de Ceuta que estos días no para de llevar periodistas hasta la frontera del Tarajal. Es depresivamente pesimista con la evolución de la crisis y las intenciones de Marruecos. En cada esquina ve una señal del desastre: «Mira eso. Locales cerrados, pobreza, gente durmiendo en la calle. Vivimos acojonados por el rey de Marruecos. Estamos sitiados. El Gobierno español nos ha olvidado por completo. Hay barrios aquí en Ceuta que ya son más marroquíes que espa