Cuando Pablo Iglesias zanjó el llamado “momento populista” de Podemos en 2018 para convertirlo en una expresión más convencional de los partidos radicales de izquierdas, lo hizo llamando a “cavar trincheras” en la sociedad civil para armar, desde las manifestaciones y las luchas sociales en las calles, una oposición beligerante contra Mariano Rajoy.
Fue cuando desparecieron de la primera línea Íñigo Errejón y los suyos y cuando ascendieron dirigentes con un perfil distinto: agitadores de los con