España, condenada a la inestabilidad política crónica
Casi era anteayer cuando Pedro Sánchez soñaba con la estabilidad de dos años por delante sin elecciones, Pablo Casado quería darse un tiempo para recomponer el maltrecho PP e Inés Arrimadas intentaba mantener con vida a Ciudadanos. Se conformaban con poco, pero después de los acontecimientos de la semana murciana, tendrán que abandonar toda esperanza. España no es país para la estabilidad institucional, ni para trazar planes, propósitos o intenciones siquiera sea a corto plazo. Las palabras que