Los proyectos políticos los hacen las personas. Crecen a golpe de aunar convicciones, dedicación y capacidad de atraer talento. Pero también los proyectos políticos los deshacen las personas. Sobre todo, cuando las convicciones se debilitan, la dedicación se diluye y al talento se le ignora
Ciudadanos fue un proyecto ligado a un gran equipo que lideraba una persona muy especial, dotada de un inusual olfato político: Albert Rivera.
Un político, tan poco “al uso”, que durante más de una década