La caída de Largo Caballero… Los matices y el pudor
Nadie que haya entendido Celia en la revolución, de Elena Fortún, reivindicaría como propia la memoria de los demás. En el crujido seco, áspero, atroz y glacial de las vivencias de esa niña durante el bloqueo de Madrid en Guerra está la España perdida. La memoria no es patrimonio de los que la agitan; no es sable sino homenaje. La Historia es poliédrica y se enturbia en manos de necios y activistas. La patrimonialización de la memoria produce monstruos, contradicciones y fundidos en negro.
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