La muerte dulce

Apenas llegada a La Moncloa la primera de nuestras dos grandes desgracias públicas, José Luis Rodríguez Zapatero anunció tres prioridades: la sustitución de la ley del aborto de los tres supuestos por una ley de plazos; la eutanasia, a la que finalmente no se atrevió; y lo que luego sería la Ley de Memoria Histórica. Una amiga mía dijo durante una cena: “¿Os habéis fijado en que en las preferencias de estos tíos hay latente una pulsión de muerte?”.
Nadie discutiría el derecho de nadie a recuper

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