“Cuando yo estaba incapacitada judicialmente, mi vida dependía de un juez, que decidía hasta si yo podía pasar un fin de semana con una amiga. Decidía por mí en cinco minutos. Y así me fueron arruinando la vida durante muchos años. Hoy tengo una curatela y he ganado puntos de libertad. Ahora tengo a dos personas que me aconsejan, pero yo hago y deshago, porque capacidad tenemos todos. Antes un juez decidía por mí, ahora decido yo. Antes mi vida dependía de él, ahora soy libre”.
Un párrafo de Raqu