Piden cárcel para el concejal comunista que “odia” a Vox… y le mueve la silla a Yolanda Díaz

Debe su celebridad a un insulto viral, y por supuesto es lo más irrelevante de su trayectoria. Alberto Cubero, concejal de Zaragoza, donde nació en 1981, militante comunista desde 1997, ex empleado de lavandería, es aquel del: «Iba a decir el Carapolla, perdón, el señor Almeida». Un lapsus en el que se reafirmó, ante la reprimenda de la presidenta de la Comisión de Hacienda del Ayuntamiento. María Navarro, estupefacta, tardó siete segundos en reponerse y preguntar: «¿Usted qué ha dicho?». Y Cubero insistió dos veces; concedió un «perdón», un «no es correcto decirlo» y un «no tendría que decirlo», antes de rematar, chulesco: «Lo diré fuera de aquí, pero no aquí, venga». 18 de enero de 2022, 66 segundos de fama, un suspiro ante los dos años y medio de cárcel que solicita la Fiscalía por otro desliz, informa Javier Ortega.

Se le acusa de un presunto delito continuado de odio, por alentar la violencia contra Vox, por desearles «que siempre sea como en Vallecas», en referencia al mitin que concluyó con un enfrentamiento entre grupos antifascistas, amparados por Pablo Iglesias, y la Policía. Cubero no se arredra, tampoco en ese caso. Ha escrito en su cuenta de Twitter: «El 15 de septiembre seré juzgado por una querella de Vox que me acusa de delito de odio por unas declaraciones. En las calles, en las instituciones y ahora en los juzgados seguiremos plantándoles cara».

El caso nace el 20 de abril de 2021, cuando, también en la Comisión de Hacienda, lanzó a Julio Calvo, portavoz del partido de extrema derecha: «En política fiscal y en política económica se les cae la careta y luego les pasa lo que les pasa, que van a Vallecas y los reciben como los reciben». Abundó en Twitter, sobre el vídeo de su intervención en el Ayuntamiento: «A la ultraderecha hay que tratarla como en Vallecas, no se discute con ella, ni mucho menos se le tolera. Se les confronta en cada sitio. Que siempre sea como en Vallecas».

Alberto Cubero, portavoz de Zaragoza en común y candidato alternativo a la dirección del PCE en el último Congreso.E.M.

Vox, que pide cinco años de cárcel para el concejal, presentó una querella, admitida por el Juzgado de Instrucción número 5 de Zaragoza, que apreció «indicios» de que las palabras de Cubero podrían constituir un delito de odio. Y en respuesta a un recurso, la Audiencia Provincial insistió en los «indicios suficientes» de que Cubero habría podido cometer un «delito continuado de odio» y podría haber «sobrepasado los límites de la libertad de expresión».

Cubero, en nombre de la libertad de expresión, pidió «colgar» a Felipe VI; llamó al presidente de Aragón, Javier Lambán, «ababol» (RAE: “Persona distraída, simple, abobada”); sostiene que el «franquismo no ha entregado las togas» y se atrevió a bromear: «Pedro Duque es el segundo ministro astronauta en España después de Carrero Blanco, que también voló muy alto». Cumple así con su estrategia política: «La cortesía parlamentaria no la entienden en la calle». Así lo explicita en Twitter, desde donde propaga las adhesiones que recibe y que permiten completar su perfil en la vertiente más determinante: alternativa a la dirección del PCE, que lidera Enrique Santiago, el último bastión de Yolanda Díaz.

El concejal ha retuiteado el apoyo del PCE en Aragón, Asturias, Madrid, Exterior y de las Juventudes Comunistas. No le llegó aliento aún de la cuenta oficial del PCE. Sí se han sumado a la campaña #YoConCubero el País Valenciano y Galicia. Son todas las organizaciones que, junto a Castilla y León y Canarias -sus Twitter están de vacaciones-, llegaron a abandonar el Congreso del PCE (8-10 de julio).La discrepancia provenía de la reducción de tiempo dispuesto para las Juventudes y supuso la espantá de media organización, como síntoma de la extrema división que dejó ese cónclave, celebrado en Madrid el mismo fin de semana que Yolanda Díaz presentó Sumar en la capital.

La ministra no estuvo en el Congreso del PCE -sí acudió a la Fiesta del partido el pasado septiembre-, pero su figura sobrevoló el auditorio hasta el punto de que explica la fractura. Venció Enrique Santiago, hasta hace nada secretario de Estado y aliado tradicional de Podemos hasta su destitución. Ante los delegados del PCE, reivindicó a Yolanda Díaz y obtuvo el 54% de votos. Enfrente, Cubero, que defiende que «gobernar en coalición con el PSOE como objetivo último es una hipótesis errónea o, al menos, insuficiente»; que recela del «hiperliderazgo de Díaz» y que le reprocha «construir la casa por el tejado», acaparó el 46% de los apoyos. Ese día, Yolanda Díaz, la líder política sin partido, enemistada ya de manera irreversible con Podemos, descubrió que la mitad de los suyos, los de El Partido que ya fue de su padre, los de El Partido del único carné que conserva, no la creen. Creen en Cubero y su «transformación revolucionaria de la sociedad»

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