Madrid tensaba su mapa nervudo cuando se aproximaban las primeras horas de la mañana. Tic-tac, tic-tac… ETA solía madrugar las masacres. Corrían los años 80 como corría la sangre derramada. Como corrió luego por la década de los 90. En los 70 la banda terrorista descubrió la rentabilidad de matar en Madrid como prólogo de las matanzas de los años de plomo, el eco amplificado del horror.
Quienes amenazan ahora con venir a derrocar el régimen constitucional olvidan que ya vinieron con kilos