Los más de tres años de prisión de los condenados por el procés han estado salpicados por las anomalías y han evidenciado un trato privilegiado. Desde la estancia en Lledoners al intento de acelerar su semilibertad -que tuvo que cortar el Supremo-. O la propia participación en campaña electoral. Así, hasta el indulto que el Gobierno ya anticipa, pese a todos los informes contrarios, la falta de arrepentimiento de los condenados y sus llamadas a la reincidencia.
«LO VOLVEREMOS A HACER».
Desde el pr