Si las leyes están para incumplirlas, eso es precisamente lo que cientos de restaurantes, hoteles, bares , gimnasios y estaciones de esquí están haciendo en Polonia, reabrir pese a las restricciones por coronavirus impuestas por el Gobierno. Entre la bancarrota o una multa por desobediencia, los pequeños y medianos empresarios han elegido rebelión.
“Nuestros ingresos desde finales de octubre han sido cero y esto no puede seguir así”, explica Marek Lopata. Su restaurante, situado en una estación