Birmania, aplastada por una estirpe de dictadores
La suerte de la gran mezquita Jama del barrio de Aung Mingalar, en pleno centro de Sittwe, del gueto del mismo nombre o de la aldea de Nizan son un ejemplo del esfuerzo sistemático que han promovido los militares de Birmania durante décadas para erradicar la historia y la propia presencia física de la minoría rohingya.
“Vivimos encerrados como si fuéramos pollos y patos. No nos tratan como seres humanos. Ni siquiera los enfermos urgentes pueden salir para ir al hospital (que se encuentra a pocos