Boris Johnson renuncia al permiso de paternidad mientras Reino Unido supera en muertos a España

Boris Johnson decidió renunciar al permiso de paternidad tras el nacimiento de su hijo, apenas tres días después de reincorporación a Downing Street al cabo de tres semanas de convalecencia por el coronavirus. La noticia del repentino nacimiento del sexto vástago del ‘premier’ llegó horas antes de que Reino Unido adelantara a España al confirmar 26.097 muertes por la epidemia, tras incorporar los fallecimientos en las residencias a la lista oficial.

Johnson, de 55 años, quiso asistir al parto de su novia Carrie Symonds (32) en un hospital londinense. El “premier” faltó a su cita semanal en el Parlamento pero decidió volver al trabajo a las pocas horas, para zanjar la polémica de sus largas ausencias antes y durante los momentos críticos de epidemia. Un portavoz de Downing Street confirmó que tomará sus dos semanas de permiso de paternidad “más adelante”.

El nuevo líder de la oposición laborista, Keir Starmer, con quien todavía no ha podido medirse cara a cara, criticó duramente a Johnson por las cifras “verdaderamente terribles” de la epidemia. “El Gobierno dijo en marzo que 20.000 muertes sería un buen resultado”, advirtió Starmer. “Estamos claramente por encima de esa cifra y aún vamos por la mitad de la crisis. Estamos posiblemente en la trayectoria para tener uno de los peores niveles de mortalidad de toda Europa”.

“Es demasiado pronto para establecer comparaciones internacionales”, replicó el secretario de Exteriores, Dominic Raab, que tuvo que cubrir de nuevo la ausencia de Boris Johnson. El propio Raab informó sin embargo horas después del salto del Reino Unido al segundo lugar de Europa, tras Italia, al incorporar los fallecimiento en las residencias a las muertes hospitalarias.

Italia, con 27.682 muertes, sigue siendo el país más afectado por la epidemia, seguido ahora por el Reino Unido con 26.097 (601 muertes hospitalarias en las últimas 24 horas). Por detrás están España con 24.275 fallecimientos y Francia, con 23.660. Aun así, el país con mayor mortalidad por millón de habitantes en Europa es Bélgica (7.501).

El propio Dominic Raab recalcó que las cifras tendrán que bajar antes de que el Reino Unido pueda aflojar el “cerrojazo” decretado el pasado 23 de marzo. En su repentina y hasta ahora única aparición tras su vuelta a Downing Street, Boris Johnson pidió el lunes a los británicos que “contengan la impaciencia” y mantengan la curentena.

Dentro y fuera del Gobierno, Johnson está sometido a presiones cada vez mayores para suavizar las medidas drásticas de “distancia social” antes del 7 de mayo y permitir la vuelta de la actividad económica. La ex ‘premier’ Theresa May fue inesperadamente una de las voces más críticas esta misma semana, advirtiendo a Johnson que “la cura puede ser peor que la enfermedad”.

Cambio de planes

Se esperaba en cualquier caso que el ‘premier’ adelantara esta semana sus planes para la salida de la cuarentena. Las circunstancias personales le han obligado sin embargo a cambiar de planes, entre la creciente preocupación por las “distracciones” que están interfiriendo en su labor como primer ministro desde que venció en las elecciones de diciembre.

En Navidades, Jonhson se recluyó junto a Carrie Symonds en una privadísima villa de la isla caribeña de Mustique, donde estuvo durante casi dos semanas, ajeno a la crisis internacional desatada por Donald Trump con el ataque que causó la muerte al general de la Guardia Revolucionaria iraní Qasem Soleimani. En febrero, en la antesala de la epidemia del coronavirus y con las inundaciones en el norte de Inglaterra, Jonhson desapareció de la luz pública durante más de diez días, confinado en la residencia del Foreign Office en Chevening junto a Carrie Symonds.

En el mismo período, el ‘premier’ faltó a cinco reuniones del gabinete de emergencia Cobra sobre la epidemia. El anuncio de su paternidad y su compromiso con Carrie Symonds se produjo pocos días antes de la aparición de ambos en Twickenham y en el torneo de la Seis Naciones el 7 de marzo, cuando varios países europeos habían cerrado ya las puertas al público en sus estadios.

El 26 de marzo, tres días después de ordenar el “cerrojazo”, el propio Johnson dio positivo en la prueba del coronavirus. Tras aislarse durante diez días en el número 11 de Downing Street, tuvo que ser traslado de urgencia al hospital St. Thomas, donde permaneció tres día en la UCI. Carrie Symonds contrajo también el virus y estuvo aislada junto al perro de la pareja, Dilyn. Los dos se reencontraron hace dos semanas y completaron la recuperación en Chequers.

Aunque habían anunciado que el bebé nacería “a principios del verano”, Symonds fue trasladada al hospital supuestamente el martes. Downing Street confirmó repentinamente el nacimiento a primera hora del miércoles. “Tanto la madre como el bebé están bien”, podía leerse en el brevísimo comunicado. “El primer ministro como Carrie Symonds quieren dar las gracias al gran servicio de maternidad de nuestra sanidad pública”.

Boris Johnson se separó hace más de un año y medio de su segunda esposa y madre de sus cuatro hijos, la abogada Marina Wheeler. El divorcio se consumó hacer apenas tres meses. Johnson estuvo casado de joven con su primer amor en la Universidad de Oxford, Allegra Mostn-Owen. Al ‘premier’, con una intensa vida amorosa y una larga lista de relaciones extramatrimoniales, se le atribuye también una hija con la experta en arte Helen Macintyre.

Johnson recibió las felicitaciones efusivas de toda la clase política, empezando por el líder de la oposición laborista, que celebró la “maravillosa noticia”. La ministra principal de Irlanda, la unionista Arlene Foster, se desmarcó de un modo inusual del tono de celebración con una cauta advertencia al primer ministro: “Se avecinan noches sin dormir”.

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