Antes de dar lectura a la sentencia, la magistrada Anne Meier-Göring, titular de la Sala de Menores de la Audiencia Territorial de Hamburgo, miró al acusado, un hombre de 93 años sentado en silla de ruedas. Llevaba la camisa de cuadros que había lucido durante el proceso, una chaqueta azul marino con botones dorados, pantalones grises y sombrero. Cuando escuchó la sentencia apoyó las manos en las rodillas e inclinó la cabeza.
Bruno Dey, ex guardia de las SS nazis vivirá los dos próximos años, hasta los 95 si llega, en libertad vigilada por colaboración en la muerte de al menos 5.230 personas en las cámaras de gas, enfermedades o hambre en e
