Desde las entrañas del epicentro de poder chino: pruebas PCR, cuarentenas, ausencia de mascarillas y ambiente de fiesta

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Si Tintín hubiera asistido a una sesión de la gran Asamblea de China, se habría aburrido bastante. Hay más tensión e improvisación en una partida a la brisca. Entre sermón y sermón, sin discusión ni debate político, no habría aventura posible que vivir para el reportero del característico tupé amarillo. Incluso en un cómic saldría rodeado de unos jóvenes trajeados con pinganillo que ni siquiera le dejarían asomar la cámara por el acantilado que hay entre el anfiteatro de los periodistas y la pla