Detectados cientos de casos sospechosos de extrema derecha en las fuerzas de seguridad alemanas
Las fuerzas de seguridad alemanas tienen 370 razones para avergonzarse, tantas como agentes de inteligencia y policías han sido detectados en los últimos tres años de ideología de extrema derecha por los filtros internos de la Oficina Federal para la Protección de la Constitución, Policía Federal y Oficina de lo Criminal.
“Cada caso es demasiado y una vergüenza para todos”, afirmó el ministro de Interior, Horst Seehofer en la presentación este martes del primer estudio que se realiza a nivel nacional sobre la incidencia de la ideología racista y xenófoba en las fuerzas de seguridad.
Y sin embargo, el ministro cree no estar ante un problema estructural, en tanto que es un número proporcionalmente muy reducido. “El 99% de nuestros agentes es fiel a los principios y valores constitucionales. Estamos hablando de un grupo muy reducido”, subrayó.
La inmensa mayoría de los casos sospechosos de extremismo de derechas se detectaron en las policías regionales. Fueron un total de 319 entre 2017 y finales del pasado mes de marzo y se concentraron mayoritariamente en Berlín, Renania del Norte Westfalia, Baviera y Sajonia. La ciudad estado de Bremen reportó un caso y el Sarre ninguno.
De acuerdo a la información facilitada por los estados federados, la investigación interna emprendida en cada caso acabó mayoritariamente en procesos disciplinarios y multas. El 20% de las denuncias se archivaron por falta de pruebas y se realizaron 48 expulsiones.
A esos casos se añadieron en el periodo contemplado en el estudio 58 expedientes provenientes de las fuerzas de seguridad federales, de los que 44 correspondieron a la Policía Federal. Dado que el cuerpo está integrado por 48.700 efectivos, “estamos ante una incidencia del 0,09%”, destacó su presidente, Dieter Romann, para poner en contexto las manzanas podridas que hay en el cesto.
En la Oficina Federal de lo Criminal, con una plantilla de 6.400 personas, se abrieron 6 expedientes. En la policía de Aduanas, con 43.000 efectivos se detectaron 4 casos, y dos en los servicios de inteligencia, con 6.500 trabajadores. A esos se añade un caso en la Oficina Federal de Protección de la Constitución, con 3.900 empleados.
Según el presidente de este órgano, Thomas Haldenwang, la inmensa mayoría de los expedientes abiertos contra los efectivos de las fuerzas de seguridad tuvieron como base comentarios o uso de simbología contraria a la Carta Magna en foros de internet y chats. Sólo en un caso se descubrió durante la investigación contacto con personas o grupos de extrema derecha o participación en eventos de estas características.
“No ha habido ni habrá tolerancia con la ideología de extrema derecha en las fuerzas de seguridad del Estado”, aseguró el ministro, que aprovechó la presentación del informe para lanzar un llamamiento los trabajadores de los distintos cuerpos para que pongan en conocimiento de sus superiores los casos que les resulten sospechosos. “Estén atentos, defiendan nuestra Constitución, sean activos porque ante este problema la pasividad no está permitida. Es complicidad”, dijo el ministro, que añadió que la cuestión es sensible porque afecta a la imagen del conjunto y las fuerzas de seguridad del Estado no pueden permitirse manchas. En palabras de Seehofer, cuando personas que han recibido formación en el uso de armas se convierten en extremistas “surge un alto peligro para el Estado y para la sociedad y amenaza con socavar la confianza en el Estado y los organismos estatales. Esta es una cuestión muy sensible”.
El informe presentado este martes por los responsables de los distintos cuerpos de Interior no será el último. Habrá un seguimiento para entender mejor los riesgos de conversión ideológica en las fuerzas armadas a fin de prevenirlos y se extenderá al conjunto del servicio público. Se seguirá la metodología impuesta por Seehofer en este informe, serán internos.
Seehofer rechazó que el estudio fuera independiente para no someter a todos sus miembros a una sospecha generalizada y porque considera que “el racismo es un tema universal que afecta a toda la sociedad”. Su posición fue criticada por Partido Socialdemócrata (SPD), socio minoritario de la gran coalición de Gobierno, así como dentro de La Izquierda y Los Verdes.
El ministro, si embargo, se ha ratificado con el argumento de que las fuerzas de seguridad no sólo disponen de medios propios sino que son las primeras interesadas en impedir la propagación de ideología tóxica en sus filas.