El candidato a primer ministro iraquí renuncia y profundiza la crisis política

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El candidato a primer ministro iraquí Mohamed Tawfiq Allawi ha presentado este domingo su renuncia a formar Gabinete, profundizando la parálisis política que padece el país desde que el pasado octubre estallaran manifestaciones contra la élite que ha gobernado desde el ocaso de Sadam Husein.

“Hay algunos partidos políticos que no están siendo serios y que sólo piensan en sus propios intereses”, ha denunciado Tawfiq en una discurso en la televisión estatal iraquí horas después de que el Parlamento tuviera que aplazar por segunda vez la sesión en la que debía votarse el nuevo Gobierno al no lograrse el quórum necesario.

Tawfiq fue designado primer ministro el pasado 1 de febrero por el presidente iraquí, el kurdo Barham Salim, dos meses después de la renuncia presentada por Adel Abdul Mahdi y tras la incapacidad de los partidos políticos del Hemiciclo para consensuar un sucesor. El arquitecto de 65 años había sido ministro de Comunicaciones en dos ocasiones tras la invasión estadounidense de Irak en 2003 y contaba con el apoyo del bloque que lidera el clérigo chií Muqtada al Sadr.

En un comunicado, Al Sadr ha respaldado una renuncia de la que ha responsabilizado a los partidos que le bloquearon el camino. Su fugaz aventura como “premier” ha acabado a última hora desde este domingo. “Como signo de respecto a la confianza que me concedieron cuando me encargaron formar Gobierno, prometí que renunciaría si me encontraba cualquier presión política. Me había comprometido a configurar un Ejecutivo independiente, sin representantes de partidos políticos”, ha explicado Tawfiq.

Según la Constitución iraquí, tenía plazo hasta este lunes para lograr el plácet de sus señorías. Las sesiones del Hemiciclo se han ido posponiendo desde el pasado jueves, ante el boicot de kurdos y suníes y las reticencias de los partidos, que aspiraban a colocar a sus miembros al frente de las carteras del Gabinete y recelaban de algunas de las medidas como el fin de las interferencias extranjeras o el escrutinio público de las milicias chiíes.

“Traté por todos los medios de salvar Irak de la deriva hacia lo desconocido y solucionar la crisis actual pero durante las negociaciones me enfrenté a muchos problemas”, ha deslizado. “Le pido al presidente que acepte mis disculpas. No puedo cumplir con la responsabilidad para la que me nominó”, ha reclamado antes de llamar a mantener las protestas. “Espero que continúen las manifestaciones pacíficas para que los sacrificios que habéis hecho no sean en vano. Yo me uno a vosotros”, ha agregado.

Su espantada ahonda la crisis que atraviesa el país desde el estallido de las protestas el pasado octubre en Bagdad y las principales ciudades del sur del país, de mayoría chií. Desde entonces, la represión gubernamental se ha cobrado más de 600 vidas y ha dejado más de 25.000 heridos. Este domingo un manifestante ha muerto y otros 24 han resultados heridos a manos de las fuerzas de seguridad en la protestas de la céntrica plaza bagdadí de Tahrir, que mantiene el pulso a pesar de la reducción del número de participantes.

La ira popular, que rechazó la designación de Tawfiq, culpa al “establishment” que nació tras la caída de Sadam de una corrupción endémica, las altas tasas de desempleo -especialmente sangrante entre la población juvenil-, las interferencias de Irán y EEUU y la ausencia de servicios públicos, tras años de promesas incumplidas.

Tras su renuncia, se abren varios posibles escenarios. “La búsqueda de un nuevo candidato empieza de nuevo. Existe la posibilidad de que el Consejo de Representantes debata el asunto y consensúe un candidato que envíe al presidente, que puede nominarlo o elegir a un candidato diferente, tal y como le otorga la Constitución”, señala a EL MUNDO Farhad Alaaldin, ex asesor político de la presidencia iraquí. “El candidato a primer ministro ha perdido su oportunidad y en el camino cometió grandes errores que le enfrentaron a la élite política que debía votarle”, añade.

En el porvenir más inmediato, Irak podría quedarse incluso sin primer ministro. Abdul Mahdi, en funciones desde diciembre, podría abandonar el cargo este lunes. A última hora de este domingo, ha hecho público un comunicado negando los rumores que han circulado en las redes sociales sobre su intención de permanecer como “premier” y anunciando que comunicará su intención este lunes.

A la indignación popular se sumó a principios de este año el asesinato del general iraní Qasem Soleimani en una misión de EEUU en suelo iraquí, que provocó la aprobación en el Parlamento de una petición exigiendo la retirada de las tropas extranjeras. A primera hora de este lunes dos cohetes Katyusha han caído en la blindada Zona Verde de Bagdad sin causar heridos. Uno de ellos ha impactado en las inmediaciones de la embajada estadounidense.