El imperio mediático creado por Viktor Orban no se ajusta a derecho, según la Justicia

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El imperio mediático construido por el primer ministro húngaro, Viktor Orban, con casi 500 medios de comunicación en unas solas manos, no se ajusta a derecho. Ese es el fallo que ha emitido este miércoles la Audiencia de Budapest como cierre de un proceso iniciado por asociaciones de prensa y la plataforma de derechos civiles Tasz, que veían cómo el primer ministro reforzaba su control desmantelando de forma sistemática la libertad, la independencia y el pluralismo de la prensa.

La sentencia, que puede ser apelada ante el Tribunal Supremo, argumenta que la Oficina húngara de la Competencia no examinó debidamente si la concentración progresiva de medios de comunicación contravenía la ley antimonopolio que, a juicio del tribunal lo hace.

El Ejecutivo húngaro lanzó una campaña de concentración de medios como parte de una estrategia de interés nacional consistente en acallar las voces críticas a su política. Creó para ello la Central European Press and Media Foundation (Kestma) y la declaró de “interés nacional”. KESTMA, dirigida y no por casualidad por Gábor Liszkay, hombre de confianza de Orban, nacía, según el Gobierno, para “servir a los intereses de los lectores, representar los valores cristianos y nacionales y contrarrestar el peso de los medios de la izquierda liberal”. También para velar por el principio de competencia y la publicidad.

En noviembre de 2018, varios oligarcas relacionados con Orban pusieron sus medios de comunicación bajo el paraguas de la fundación, que fue de esa manera convirtiéndose en un imperio de estaciones de televisión, periódicos y portales de noticias. En total 476 medios. El contenido de las informaciones fue, desde el inicio, en línea con el Gobierno.

La caza de brujas iniciada por Orban contra los medios surgió en forma de “vendetta”, tras los ataques a su gestión que ya en 2015 recibía desde los medios privados, concentrados en manos del ex tesorero del Fidesz, su partido, y del constructor Lajos Simicska. Amigos desde la infancia, Simicska y Orban se convirtieron en enemigos cuando el empresario, tras los embistes permanentes de Orban a sus medios, se dedicó a llamarle en entrevistas “Geci”, que en español significa esperma.

La denuncia contra la fusión de medios propiciada por Orban fue interpuesta por la plataforma Tasz en nombre del portal de noticias independiente Szabad Pecs (Prensa Libre), uno de los pocos que quedan en el país. La victoria judicial lograda este miércoles en la Audiencia de Budapest, sin embargo, puede ser efímera. La fundación apelará el fallo.