La delincuencia venezolana va ganando terreno en Colombia. Acostumbrado a ser el país que exportaba matones a su vecino, ahora sufre la llegada de delincuentes de poca monta y de poderosas bandas criminales. La miseria en la que el régimen chavista sumió a Venezuela, provocando el éxodo de millones de emigrantes, también les afecta.
La Policía Nacional colombiana calcula que las bandas están asentadas en por lo menos ocho ciudades, entre las que figuran Santa Marta, Barranquilla, Bogotá y, sobr