Entre la ambición y el realismo: una Conferencia descafeinada sobre el futuro de la Unión Europea
Tras el referéndum del Brexit Europa salió aturdida. La ruptura de la Unión era y es motivo más que suficiente para exigir una reflexión profundísima y crítica, pero los síntomas eran muchos más. En 2016, la Unión Europea tenía dos bloques. El encabezado por la Francia de François Hollande, que pedía “más Europa”, más integración, lanzarse como nunca hacia adelante para unir al continente en una de sus horas más bajas. El otro, con la Alemania de Angela Merkel al frente, pedía cautela, realismo.