Francia: unidad emocional en medio de la pelea política

La muerte de Samuel Paty ha reunido a la clase política en homenajes y declaraciones sentidas. La unidad nacional duró lo que los minutos de silencio. Una efímera unidad emocional. Acto seguido, volvió el ruido de la pelea política y la bronca en el Parlamento.

Además del homenaje nacional al profesor decapitado, manifestaciones espontáneas han reunido a miles de personas. Los líderes políticos se dejaron ver el domingo en la plaza de la República. Y posaron juntos, el martes, en la escalinata de la Asamblea Nacional. Detrás de una foto de Paty, escucharon La Marsellesa, serios y silenciosos. De Marine Le Pen (RN, extrema derecha) a Jean Luc Mélenchon (LFI, extrema izquierda)…

En el hemiciclo, fuego graneado contra el Gobierno. El primer ministro, Jean Castex, abucheado en varias ocasiones, defendió lo que ha hecho: cierre de la mezquita de Pantin, “disolución de las asociaciones cuya complicidad con el islamismo radical pueda probarse”. De las 26 preguntas al Gobierno, 23 tenían relación con el asesinato del profesor. Emmanuel Macron, que eludió el problema durante la primera mitad de su mandato, ha dado un acelerón en lo que llama “lucha contra el separatismo”, básicamente el integrismo. La ley que ya ha sido anunciada será aprobada por el Ejecutivo el 9 de diciembre. Castex acusó a la derecha de “alimentar la polémica”.

Derecha

Los Republicanos (LR, derecha) aprovecharon el lunes su mayoría absoluta en el Senado para aprobar una proposición pidiendo una reforma de la Constitución. Quieren que la “laicidad” aparezca junto a los principios de “libertad, igualdad y fraternidad”.

Proponen además añadir en el artículo primero de la Constitución de la V República esto: “Ningún individuo ni grupo podrá anteponer su origen o su religión para exonerarse del respeto a la regla común”. Castex, entre abucheos, desdeñó la iniciativa con ironía: “He aquí algo que va a ser rápido, eficaz y operativo”.

El presidente del grupo, Damien Abad, se quejó de las proposiciones que la mayoría pro Macron ha rechazado: “Expulsar a los extranjeros fichados por terrorismo, cerrar un centenar de mezquitas salafistas, expulsar a los imanes radicales, controlar a los terroristas cuando salgan de la cárcel, reducir la inmigración”.

Le Pen

Para Marine Le Pen, líder de Reunión Nacional (RN, extrema derecha), “ya que el terrorismo es un acto de guerra, exige [ser respondido con] una legislación de guerra”. Pide la expulsión de los fichados por terrorismo, que todas las policías municipales lleven armas, “centros penitenciarios adaptados”, retirar la nacionalidad francesa a los terroristas. Como es tradicional, une la lucha contra el terrorismo con la inmigración: “La política migratoria alimenta el comunitarismo, terreno del islamismo, y debe ser reformada drásticamente”. Reclama “una moratoria inmediata de las naturalizaciones”.

Extrema izquierda

El líder de La Francia Insumisa (LFI, extrema izquierda), Jean Luc Mélenchon, ha sido rotundo denunciando “a los locos y asesinos que cometen actos de terrorismo islámico, que ensucian su religión y nos arruinan la vida”. Además pidió que “se revise la situación de los chechenos, nacionalidad del asesino del profesor”. El problema es que participó en una manifestación en noviembre de 2019 contra la islamofobia en la que hubo gritos de “Alá es grande” y que nunca condenó el islamismo. Por eso en la Asamblea le gritaron “colaboracionista” y el ex premier socialista Manuel Valls le reprochó su “complicidad y responsabilidad muy grandes en la cobardía de una parte de la izquierda con el islamismo”.

Socialistas y verdes

El Partido Socialista ha sido inaudible estos días. Sea porque su firmeza en la defensa de lo valores republicanos está fuera de duda, sea porque no tiene propuestas nuevas. Las citas más reiteradas de su primer secretario, Olivier Faure, han sido sus críticas a Mélenchon: “Muchos han jugado con el islamismo, sea para rechazar al conjunto de los musulmanes, sea para protegerlos permitiendo una forma de tolerancia de aquellos que están contra la República”.

Los ecologistas, desaparecidos del debate. De hecho varios han rehusado participar en debates en televisión que ya tenían apalabrados. Su líder, Julien Bayou apareció en un programa… tres minutos. Dejó claro “el compromiso de los ecologistas con la ley de 1905”, el texto básico sobre la laicidad, y pidió que los retoques se hagan “con infinitas precauciones”.

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