Guatemala: del “váyanse a la playa” al toque de queda
Una voz en inglés resuena por toda mi casa cada mañana bien temprano. Luis, de Guatemala, y Ana, de España, tratan de imitar con mayor o menor acierto las posturas imposibles de yoga que una mujer muestra desde la pantalla del ordenador. A la tarde, toca clase de Aerobic, Zumba o bailes latinos. Ana, incansable, vuelve a la carga, esta vez acompañada de Nerea, de Zarautz, y Flor, una franco guatemalteca. La voz melosa de la mañana es sustituida por otra mucho más intensa, también en inglés, que