Hong Kong: un tigre asiático enjaulado por el poder chino

Algo extraño ocurre en una ciudad cuando los editores tienen que releer a toda prisa los borradores de algunos libros que están a punto de publicar. Si se trata de obras políticas sobre los hechos recientes en las que aparece la palabra “revolución”, la deben sustituir por “protestas”. Una autocensura con el fin de que la obra vea la luz y no se quede en el cajón de libros prohibidos.
Algo extraño ocurre cuando en las escuelas de una ciudad, los profesores tienen que revisar las bibliotecas para que no haya libros que puedan hacer reflexionar a los alumnos sobre planteamientos alternativos a los dogmas oficiales que las autoridades obligan a

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