Irán abraza uno de sus Ramadán más difíciles en plena tensión con EEUU

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Ni siquiera lo sagrado es inmune al coronavirus, lamenta Fadime, que se pertrecha con su equipo de aislamiento para afrontar otra jornada en el hospital central de la provincia de Mazandarán. Aunque creyente y practicante, ella -enfermera en las trincheras desde las que se combate uno de los peores brotes de la pandemia-, este año se verá obligada a renunciar a uno de los pilares de su fe: el ayuno en horas de Sol que, con motivo del mes del Ramadán, millones de iraníes comienzan este sábado.