“Mi vida giró siempre en torno a la Shoá [Holocausto]. Si quiero vivir, me decía, tengo que ser doctora. Mis padres sobrevivieron al Holocausto porque se dedicaron a la medicina”, señala la profesora Galia Rahav, que se ha hecho famosa en el último año en Israel por su trabajo como jefa del Departamento de Enfermedades Infecciosas del hospital más grande, el Centro Médico Sheba. Pero muchos de los que la ven en televisión hablando del coronavirus no conocen el doloroso pasado de su familia en la