El coronavirus ha llenado morgues, colapsado hospitales, cerrado sistemas escolares, arruinado sectores enteros y mandado a millones de personas al paro provocando la peor crisis desde 1929, pero la primera ola, igual que sucede con los tsunamis, puede quedarse en nada comparada con la onda expansiva que provoque la segunda. Entre las consecuencias de esa onda expansiva del virus está el aumento de la desigualdad, uno de los males que ya se hizo fuerte tras el crack de las hipotecas subprime en