Al igual que el desastroso proceso de digestión del referéndum del Brexit se ha convertido en la mejor vacuna contra el populismo antieuropeo, el asalto al Capitolio estadounidense muy bien podría convertirse en el espejo en el que los populismos europeos y de otros lugares del mundo se verán reflejados de ahora en adelante cada vez que quieran imponer su discurso deslegitimador de las instituciones.
Ese efecto estadounidense no es nuevo. Su democracia, pese a los problemas y limitaciones, siem