Las cometas no son para el verano egipcio

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En las largas tardes de confinamiento Ali y sus dos retoños acordaron echar a volar la imaginación sobre los cielos insólitamente límpidos de El Cairo. “Cuando era pequeño y veraneaba en Alejandría o Damietta, solía usar cometas y las hacía volar por la playa”, evoca en conversación con EL MUNDO este joven de 37 años. “Durante los últimos meses, con el toque de queda por el coronavirus y tanto tiempo libre decidí recuperar la afición de mi infancia y entretener a mis hijos subiéndonos a la azotea con una cometa”, relata.
Su regreso a las piruetas que mece caprichosamente el viento no es una excepción. Miles de egipcios, obligados hasta prin