Hubo un momento en el que los australianos pidieron que las personas que entraran en el país cumplieran las cuarentenas en el desierto. O en el centro de inmigrantes de la Isla de Navidad, donde pasaron encerrados un par de semanas los primeros australianos repatriados de Wuhan en enero de 2020. O en el Howard Springs, un campamento minero en las vastas áreas a las afueras de la ciudad norteña de Darwin, equipado con 3.000 camas para aislar a las personas que habían estado en contacto con casos