Los países del llamado grupo de Visegrado (Polonia, Hungría, República Checa y Eslovaquia) han vuelto a hacer frente común en previsión de una crisis de refugiados similar a la de 2015 y han advertido de que no participarán en ningún reparto de inmigrantes.
El grupo, que se ha reunido hoy en Praga de forma extraordinaria y al máximo nivel, rechaza de esta manera la propuesta lanzada por el ministro alemán de Interior, Horst Seehofer, de aliviar la tensión en la frontera entre Grecia y Turquía procediendo a la acogida de los menores y después distribuirlos en la UE por cuotas, un sistema que ya fracasó en la crisis de 2015.
“En 2015 anunciamos una política contra la migración musulmana y como es bien sabido en la comunidad europea, ha sido un éxito, aunque al principio los húngaros fuimos objeto de todo tipo de insultos por el mero hecho de proteger nuestras fronteras” declaró el primer ministro húngaro, Viktor Orban, al término del encuentro.
Los Visegrado, el flanco más duro de la Unión Europea en política migratoria, no están dispuestos a cambiar de política y coinciden, como fue el caso en 2015, en reforzar las fronteras exteriores de la UE y luchar de manera implacable contra los traficantes de personas que aprovecharán la situación actual para inundar Europa.
“No bastará con defender la frontera entre Grecia y Turquía. Hay que defender la frontera exterior y lo haremos como último recurso”, agregó Orban tras una reunión que, al margen de asuntos regionales y de la amenaza común del coronavirus, estuvo centrada en la situación creada por la decisión del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, de abrir las puertas de la UE a los refugiados que retenía Turquía por el acuerdo alcanzado con la UE y que según Erdogan incumple Bruselas.
Orban denunció que pese a los esfuerzos de las autoridades griegas para impedir el acceso de los inmigrantes a su territorio, ya hay más de 130.000 que lo hicieron y se encuentran en estos momentos en la región de los Balcanes. “Hay que parar a esta gente tan al sur como sea posible”, dijo el mandatario húngaro, que abogó por una cooperación con estados no miembros de la UE, especialmente con Macedonia del Norte y con Serbia.
El primer ministro eslovaco, Peter Pellegrini, aseguró que su país está preparado para defender la frontera este de la UE con Ucrania, lo que calificó de responsabilidad y solidaridad con el resto de los socios comunitarios. El jefe del Gobierno polaco Mateusz Morawiecki, del partido Ley y Justicia (PiS), afirmó que la máxima prioridad ahora es controlar la situación en el frontera de Grecia y Turquía y anunció que su país está dispuesto a enviar los refuerzos en seguridad que sean necesarios.