Italia es un lugar en el que, sorprendentemente, las sorpresas sorprenden todavía a unos pocos. El presidente Sergio Mattarella convocó ayer por la noche al ex gobernador del Banco de Italia y ex presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, para dejar en sus manos el futuro de un país dividido, políticamente roto y con uno de los desafíos económicos más fuertes de las últimas décadas, incluyendo la gestión de 200.000 millones de euros comunitarios para la reconstrucción y la transformació
