Gerry Adams se quitó simbólicamente los zapatos al dejar la presidencia del Sinn Fein y Mary Lou McDonald, con fama de mujer aguerrida, se subió a sus tacones pisando fuerte. Ocurrió hace dos años, en el calculado relevo al frente del partido republicano, cuando el líder histórico -consciente de su techo electoral por el espectro ineludible del IRA- decidió ceder el testigo a su pupila aventajada, que llevaba casi diez años aprendiendo todo lo que sabe de política a su sombra.
Llegó pues M