Melania Trump dimitió hace justo cuatro años. Nada más tomar posesión de uno de los cargos más expuestos de la corte de Trump: el de primera dama. Al de esposa parece que había renunciado incluso antes, a juzgar por cómo se le nubla el rostro cada vez que tiene delante a «Donald», a quien mencionó de pasada en su discurso de despedida del lunes.
Los desencuentros públicos entre ambos han sido constantes, empezando por la propia investidura de Trump -aquella en la que el presidente obró el milagro