La primera decisión del nuevo Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC) ya estaba tomada de antemano: la elección del presidente Miguel Díaz-Canel como primer secretario del “alma de la revolución”, en sustitución de Raúl Castro.

“La generación del centenario, fundadora y guía del partido, traspasa responsabilidades”, se adelantó el propio Díaz-Canel en sus redes sociales al comenzar la jornada de clausura. El presidente ha confirmado ante el VIII Congreso que consultará a Raúl Castro las “decisiones estratégicas” del futuro de la nación.

De esta forma se confirma la arquitectura de poder puesta en marcha por el pequeño de los Castro en abril de 2018, hace justo tres años, con la designación de su elegido como presidente de Consejo de Estado para pasar a ser oficialmente presidente del país en octubre de 2019.

Raúl Castro se encargó personalmente de la preparación de su sucesor, a quien fue promoviendo desde que le conociera al frente del partido en Santa Clara. No es “fruto de la improvisación”, reconoció en su informe central, sino un largo proceso tras su selección y dadas sus “condiciones” para ser promovido. “Transitó con éxito, durante 15 años, como primer secretario del partido en Villa Clara y Holguín, luego de lo cual se nombró ministro de Educación Superior, vicepresidente del Consejo de Ministros y primer vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, cargos que simultaneó con la atención del frente ideológico en el partido”, precisó el ya ex primer secretario del PCC.

Los comunistas cubanos han elegido una fecha muy revolucionaria para dar a conocer la renovación en el llamado Congreso de la continuidad: se cumplen 60 años de la victoria de las fuerzas de Fidel Castro en Playa Girón (Bahía Cochinos), “la primera derrota del imperialismo yanqui en América”, según el partido.

Primer comité sin el apellido Castro

Por primera vez desde su creación, en el nuevo Buró Político del Comité Central no estará nadie apellidado Castro, aunque sí un antiguo yerno trascendental hoy en el organigrama. A la cabeza, los políticos y militares de mayor peso hoy en el poder cubano, con Esteban Lazo, presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular y del Consejo de Estado, y con Salvador Valdés como vicepresidente.

Tal y como se esperaba, el segundo secretario, José Ramón Machado, con 90 años, no proseguirá en el órgano rector del partido, así como el comandante Ramiro Valdés (89), otro de los héroes de Sierra Maestra. Tampoco estará Marino Murillo, el zar de las reformas.

La confirmación del ministro Roberto Morales, elegido también como secretario de Organización, le sitúa entre los candidatos para el relevo presidencial tras el segundo mandato de Díaz-Canel.

El general Álvaro López Miera, de origen asturiano y que acaba de ser elegido como ministro de las Fuerzas Armadas, también forma parte de la cúpula del partido, así como el primer ministro Manuel Marrero y el canciller Bruno Rodríguez.

Tampoco falta Luis Alberto Rodríguez López-Calleja, uno de los militares más poderosos de la isla, al frente de GAESA (Grupo de Administración Empresarial). Quien fuera yerno de Raúl maneja buena parte de la economía del país a través del conglomerado militar.