‘Moscú no cree en las lágrimas’ es, además de la película con la que la URSS logró un premio Óscar en 1980, el título que mejor define la actual actitud del Ministerio de Cultura ante lo que deben hacer sus creadores para reactivar el país.
Con los cines cerrados por culpa de la pandemia desde el pasado marzo, muchos rusos llevaban esperando la reapertura este mes de las salas para disfrutar de sus anhelados estrenos. Pero el Gobierno quiere que haya un ‘filtro’ para ayudar a mantener la moral alta. Así que los cines rusos retrasarán el estreno de los dramas. Los espectadores “no están preparados” para historias tristes tras la pandemia de