Polonia elige hoy entre el continuismo y el cambio en la segunda vuelta de las presidenciales

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Polonia celebra este domingo la segunda vuelta de unas elecciones presidenciales que marcarán el rumbo del país en los próximos cinco años. La elección está entre el continuismo que representa el actual jefe del Estado, el ultraconservador Andrzej Duda, y el cambio que supondría en las relaciones del Gobierno y la Presidencia una victoria del alcalde Varsovia, el liberal Rafal Trzaskowski.

Aunque Duda fue el ganador indiscutible de la primera ronda y cuenta con el apoyo del aparato del Gobierno, dominado por el Partido Ley y Justicia (PiS), los sondeos no le aseguran la victoria, tal ha sido el empujón recibido por Trzaskowski en las últimas semanas a su lema “Ya basta”. Igualados en las encuestas pero ideológicamente antagónicos, esta segunda vuelta de las presidenciales son más que un paso por las urnas.

Una sociedad polarizada

Polonia está profundamente dividida y lo que se verá hoy es un pulso entre dos modelos de país. Un conocido sacerdote católico, Tadeusz Rydzyk, fundador de la emisora Radio Maryja, ha hablado incluso de una guerra de civilizaciones. “En Europa, Polonia es una isla de religión que protege la ley natural y la ley de Dios. El domingo elegiremos entre la civilización latina y la anticivilización, entre la blanca y roja (por su bandera) y el liberalismo de izquierdas con todas sus consecuencias: anticultura, antiética, la lucha contra Dios y la familia normal”, dijo Rydzyk.

Para el sacerdote, que usa un lenguaje muy similar al del PiS Trzaskowski es prácticamente el Anticristo. Y no sólo porque se niega a que Polonia siga viviendo como Diógenes, aislada en un tonel, sino porque ha invitado a salir del armario a todos los colectivos LGTBI y a luchar por sus derechos, desde el matrimonio hasta la adopción.

Imagen pulida y moderna

Duda y Trzaskowski tienen más en común que el año de nacimiento, que les sitúa en la generación que alcanzó la mayoría de edad con la caída del régimen comunista y se involucró en política bastante más tarde: ambos pretenden transmitir una imagen pulida y moderna gracias a una comunicación cuidada al detalle.

Las competencias constitucionales del jefe del Estado en Polonia son limitadas, pero un choque entre esta institución y el Gobierno a la hora de firmar leyes puede enrarecer y mucho el de por sí denso ambiente político. La cohabitación con el PiS en el caso de ganar Trzaskowski no sería fácil, pero marcará un nuevo comienzo.