Rebelión laborista ante la votación del acuerdo del Brexit
El líder de oposición laborista, Keir Starmer, se enfrenta a una creciente rebelión en su filas ante la votación del acuerdo comercial del Brexit en Westminster. Starmer ha anticipado el voto a favor de los laboristas en la sesión especial de la Cámara de los Comunes el 30 de diciembre, pero decenas de diputados amenazan con abstenerse o votar en contra, en un abierto desafío a su líder.
Boris Johnson confía en cualquier caso en aprovechar la mayoría absoluta de los ‘tories’ (364 diputados) para aprobar sobre la línea de meta su acuerdo con Bruselas. A última hora del martes, los diputados del ala dura de los ‘tories’ anunciaron su voto a favor del acuerdo por considerar que “preserva la soberanía del Reino Unido”, y el ‘premier’ podría recibir como aguinaldo el respaldo mayoritario de los 200 parlamentarios laboristas.
El Partido Nacional Escocés (SNP) ha anticipado ya que sus 47 diputados votarán en contra, al igual que los 11 del Partido Liberal-Demócrata y los ocho de Partido Democrático Unionista, por su oposición al Protocolo de Irlanda.
Pero todos los focos apuntarán el miércoles a lo que hagan los diputados laboristas disidentes, capitaneados entre otros por Clive Lewis o John McDonnell (ex mano izquierda de Jeremy Corbyn). Los dos figuran entre de los firmantes de un documento en el que advierten a su líder “que no caiga en la trampa de apoyar este acuerdo podrido”.
“Este acuerdo es una rebaja sustancial de nuestra relación con la UE”, denuncian los firmantes. “El texto está diseñado para abrir las puertas a una rampante desregulación económica y a una pérdida de los derechos laborales y amientales, además de una rebaja de los estándares de alimentación y de otras áreas”.
Dos ex líderes laboristas en el Parlamento europeo, Richard Corbett y Glyn Ford, se han sumado a la petición, al igual que influyentes figuras del ala izquierda del partido, como Paul Mason (autor de ‘Postcapitalismo’) o Michael Chessum, de Otra Europa es Posible. Activistas vinculados con Momentum, la corriente corbynista que sigue viva dentro del partido, han pedido también a Keir Starmer que reconsidere su posición.
Starmer, partidario en su día de la permanencia en la UE y de la celebración de un segundo referéndum, anticipó sin embargo su intención de pedir el voto a favor. “El liderazgo significa tomar decisiones duras en aras del interés nacional”, declaró Starmer, que aseguró que las condiciones pactadas por Johnson son preferibles al “desastre” de una salida de la UE sin acuerdo acuerdo comercial.
“En un momento tan significativo, no es creíble que el Partido Laborista se quede en la cuneta”, recalcó Starmer . “Seremos una oposición seria y responsable”.
Su decisión puede sin embargo reabrir las divisiones dentro del partido y forzar las dimisiones de una parte de su gabinete a la sombra. Se desconoce el número siquiera aproximado de diputados que podrían plantarle cara en el momento crítico, aunque el líder laborista podría optar al final por una fórmula que evitara el enfrentamiento directo con los diputados disidentes.
Desde el ala dura del Partido Conservador, Boris Johnson ha recibido de momento críticas por sus concesiones en el tema de la pesca y por su afán por limitar el debate sobre las 1.246 páginas del acuerdo en un solo día. “Muchos no vamos a tener siquiera tiempo para poder leerlo”, advirtió el ex secretario para el Brexit David Davis. Los 70 diputados del así llamado European Research Group (ERG) dieron su veredicto el martes por la tarde. Muchos de ellos han anticipado que votarán a favor del acuerdo que supone “la eliminación de los aranceles y las cuotas”.