Reino Unido desmiente a Donald Trump sobre su influencia en el caso Huawei y China dice que se han dejado ‘estafar’

Las consecuencias de la decisión tomada ayer por el Reino Unido de excluir a Huawei de su red 5G siguen su curso y hoy, en un cruce de declaraciones a tres bandas entre Washington, Londres y Pekín, se ha reabierto el debate de los verdaderos motivos que han llevado al veto sobre la tecnológica. “Lo hice yo mismo, yo tengo la mayor cuota de responsabilidad. Si quieren hacer negocios con nosotros no pueden utilizar su tecnología”, reclamaba esta madrugada el presidente de los Estados Unidos. El Gobierno chino, por su parte, ha acusado a los británicos de dejarse “estafar” por los americanos, al tiempo que ha enviado una nueva amenaza: “Habrá que pagar un precio”.

Mientras, desde el Reino Unido, donde han sentado muy mal las palabras de Trump, ya que les hace parecer maleables a la opinión del republicano, justifican la decisión en base a criterios técnicos y no diplomáticos. “Ya sabemos todos cómo es (Trump), ¿no? Pero en este caso estamos hablando de un tema bastante sensible”, respondía irritado el ministro de Sanidad británico, Matt Hancock. “Mucha gente intentará apropiarse de esta decisión, pero lo cierto es que estuvo basada en el asesoramiento técnico del Centro Nacional de Ciberseguridad, que lo que pretende es asegurar que dispongamos de la mayor calidad posible de 5G en el futuro”.

Aun así, los chinos entienden este viraje de los británicos respecto a Huawei, a la que en enero se le había garantizado un 35% de la red, como un acercamiento hacia Washington, un primer paso hacia el fin de la equidistancia y hacia el alineamiento con Estados Unidos en la actual guerra comercial. “Pekín tomará las medidas necesarias para salvaguardar los intereses legítimos de las empresas chinas. Reino Unido tomó una decisión equivocada que socava gravemente los intereses de nuestras empresas, así como la confianza mutua entre Pekín y Londres”, declaran desde su Ministerio de Exteriores.

Mientras, el embajador chino en la capital británica, Liu Xiaoming, ha apuntado directamente a la influencia del presidente estadounidense en esta decisión. “Escuchando toda la retórica al respecto está claro que el Reino Unido ha sucumbido a los halcones y oponentes que están contra China”, critica el diplomático. “No estamos pidiendo que tomen partido por China o Estados Unidos, lo que hacemos es pedir que escojan la decisión correcta. Reino Unido sólo puede ser grande cuando tiene una política exterior independiente”.

De acuerdo al anuncio de ayer, se prohibirá la compra de componentes de Huawei para la red 5G a partir del año que viene a todos las empresas de telecomunicación, y cualquier aparato que esté ya instalado deberá ser reemplazado en un plazo máximo de siete años. La compañía, que sigue insistiendo en su independencia y en que no está ligada al Gobierno del país asiático, es puntera en su sector a nivel mundial, y apunta a la incapacidad de las empresas estadounidenses de competir con ellos como uno de los motivos de esta campaña.

El problema para los británicos es que China ya ha anunciado que habrá “consecuencias” dentro de su propio mercado. “Se trata de una prueba de hacia dónde va a dirigir su mercado el país a partir de que consume el Brexit, y ya veremos si a las empresas británicas en China se les da un ecosistema abierto, justo y libre de discriminación”, apunta Zhao Lijian, portavoz del ministro de Asuntos Exteriores chino.

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