Sam Mednick, reportera de la agencia Associated Press, tuvo la mala suerte de tener que dar una noticia que nadie quiere dar. Dos periodistas españoles y un activista irlandés habían sido asesinados en el sur de Burkina Faso. Su relato desde la capital, Uagadugu, con los elementos que tenía a mano en ese momento, ya incluía testimonios de testigos, declaraciones del Gobierno y una pequeña aportación de un analista experto en la zona. Mednick puso ojos donde se apagó la mirada de David Beriáin y