No saben qué hacer con los ladrones que arrestan. En los tres calabozos de la Estación de Policía de Engativá, en el noroeste de Bogotá, se hacinan 114 reclusos, algunos condenados por homicidio. Y no aceptan a nadie más para evitar contagios. Hace unos días tuvieron que sacar a uno de ellos, de 64 años, con fiebre, por si estaba infectado, y aguardan los resultados del test.
“Capturaron a tres sujetos por hurto y no los dejaron ingresar a una celda. Los mandaron a otro lugar y debieron montar